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“Fue como la versión en metal de viajar con The Beatles durante el apogeo de la beatlemanía”, comenta el director, Sam Dunn.

En 2008, junto a Scot McFadyen, acompañó a la banda de heavy metal Iron Maiden durante la primera parte de su gira Somewhere back in time. El propósito: documentar la que consideraban una de las giras más ambiciosas de la historia.

Luego de acompañar al grupo por países como Australia, Japón, Canadá y México, de la aventura saldría como resultado el documental Flight 666 estrenado hace 10 años, el 21 de abril de 2009.

“Fue verdaderamente una experiencia increíble”, recuerda en entrevista con EL UNIVERSAL.

“En 2007 habíamos terminado nuestro segundo documental Global metal y lo estábamos proyectando en festivales alrededor del mundo. Estábamos buscando hacer nuestro siguiente trabajo y Scot vino con la idea de filmar la gira”, relata.

“Sabíamos que iba a ser innovadora y sentimos que el viaje necesitaba ser documentado”.

El viaje. Es enero de 2008 y el avión Ed Force One —un boeing 757 con grandes letras azules y doradas en las que se lee el nombre de la banda— está listo para despegar.

Además de tripulación y pasajeros, en él viaja todo el equipo necesario para que la banda de heavy metal lleve su gira por el mundo. La nave privada tuvo que ser modificada al retirar parte de los asientos para así asegurar que nada quedara fuera.

Entre las filas de asientos están Steve Harris, Nicko McBrain, Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers. Sólo falta un integrante.

Bruce Dickinson, vocalista de Iron Maiden, tendrá otro trabajo. Además de cantar temas como “The trooper”, en parte del viaje también será el piloto del avión.

Para cubrir los conciertos sin preocuparse por perder tiempo entre vuelos, la agrupación encontró la solución viajando en su propio avión, hecho que repetirían años después, en 2010, en el The final frontier world tour.

“Queríamos hacer el documental porque la gira Somewhere back in time era una de los más ambiciosas en la historia de la música: la banda, el crew, todo el equipaje y nuestro equipo de filmación iba a volar 50 mil millas en 21 ciudades, cuatro continentes por seis semanas”, explica Dunn.

Musicalmente la gira plasmada en video hizo un recorrido por la década de los 80 y principios de los 90 a través de álbumes como Piece of mind y Fear of the dark. Visualmente los discos Powerslave y Somewhere in time fueron parte de la escenografía del show al retomar el concepto del antiguo Egipto del primero y el Ciborg Eddie —mascota de la banda— del segundo.

A 10 años de su estreno, el canadiense Sam Dunn es sincero: lo volvería a hacer.

“Hacer Flight 666 fue un gran reto logístico y físico pero viendo hacia atrás es una película que me gustaría revivir”.

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