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En México las salas independientes, llamadas así por no formar parte de una cadena comercial, han crecido 70% en los últimos cinco años, pero pocos sabían de su existencia.

Si en 2013 había 290 registradas, de acuerdo con el Anuario Estadístico de Cine Mexicano, editado por el Imcine, el año pasado ya rebasaba los 500 espacios.

Esto quiere decir que, por cada 12 pantallas de cine pertenecientes a cadenas como Cinemex y Cinépolis, existe una independiente.

Las Cinetecas, cineclubes de barrio o en universidades, espacios como Cinemanía y Cine Tonalá en la Ciudad de México, entran en la rama.

A ellas les apostó Alfonso Cuarón para mostrar su ROMA, luego de que las grandes cadenas le negaran el acceso, por los tiempos que pretendía tener entre la pantalla grande y su llegada a la plataforma digital Netflix.

Los tiempos manejados entre ambas ventanas no solamente en México, sino en el orbe, es de 90 días. Pero la propuesta de Netflix era que la cinta situada en 1971 tuviera únicamente dos a tres semanas entre las dos.

Fue cuando la estrategia se enfocó a los espacios independientes, llegando al centenar de inmuebles y, según estimaciones, porque Netflix no proporciona cifras, contabiliza por lo menos, más de 20 mil asistentes a esos recintos, de acuerdo con una investigación de EL UNIVERSAL

La cifra es importante, pues en promedio, cada sala de éstas cuenta con unas 50 butacas.

El número de espectadores creció con las funciones especiales en la ex residencia oficial de Los Pinos, Tlatelolco y el Auditorio Blackberry que extraoficialmente, convocaron a cerca de 7 mil personas.

El terreno fértil. Las 100 salas ocupadas representan la quinta parte de salas diseminadas en México, siendo la capital nacional la más poblada con 136.

El crecimiento de estos sitios, que de acuerdo con Cuarón tienen una programación más variada que las tradicionales, es a pasos grandes.

En 2013 había 290 registradas, para 2014, 380 y, en 2015, ya se reportaban 402. En 2016 ya se podían tomar en cuenta 441 y para 2017, 499 salas, es decir, creció 67%.

“Lo que me da gusto es que ROMA se puede usar para plataforma de varias cosas y una es hacer del conocimiento del público todas estas salas independientes que, además, muchas tienen una programación más variada y diversa que las grandes compañías, y eso me parece muy sano”, comenta Cuarón al respecto, en entrevista con EL UNIVERSAL.

“Siempre voy a defender la experiencia de salas de cine, es la mejor manera de ver una película, pero de la misma manera clamo por una diversidad en las obras que vemos en ella y por desgracia, el acceso a esta diversidad, ha sido muy reducido en las salas comerciales, por eso me parece maravilloso que la gente conozca las otras salas y ojalá siga yendo a ellas”, agrega el realizador.

Pero no todos los interesados lograron tener una copia de la cinta ganadora de 113 premios, incluyendo dos Globos de Oro.

A fines de noviembre la página oficial de ROMA invitaba a quien quisiera proyectarla enviara un correo electrónica solicitándola.

EL UNIVERSAL mandó un mail a cines ROMA@esperantofilmoj.net solicitando informes, pero nunca se recibió respuesta alguna.

Lo que viene. Para Fernando de Fuentes, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), las salas independientes no son más que muestra de buenos jugadores en el medio de la exhibición nacional.

La exhibición, en general, va a la alza en México. Tan sólo en 2018 se abrieron 450 salas en la República.

“La verdad es que los exhibidores independientes han crecido mucho, hay buenos jugadores, entonces, creo sin duda hay mucho lugar para crecimientos en pantallas.

“En 2018 se creció en 450 en toda la República, son números que siguen marcando tendencia positiva no sólo de las grandes cadenas, sino de los independientes, entonces, estamos optimista de todo lo que viene”, considera De Fuentes.

Una de los espacios independientes, llamados por algunos cines de barrio, es Cinemanía, enclavado en Plaza Loreto, al sur de la Ciudad de México, cuya reapertura se dio hace un par de años. El lugar cuenta con cuatro salas. Una de ellas, para 30 butacas, fue donde se exhibió ROMA.

“Mezcla públicos y ofertas cinematográficas. Se pueden ver hasta 80 películas distintas cada mes, desde el terror más extremo, hasta el cine experimental de los 70”, señala al respecto Andrea Lavagnini, programador del inmueble.

A eso le apostó Cuarón. Y al parecer, le atinó.

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