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El éxito en salas estadounidenses de No se aceptan devoluciones y Cómo ser un latin lover llevó a Eugenio Derbez a ser presentador del Oscar, el próximo domingo.

Eso considera el propio actor vía telefónica desde Los Ángeles, sumando a su argumento la lucha latina para que esta comunidad sea incluida más en las producciones de aquel país.

Mientras No se aceptan devoluciones recaudó 40 millones de dólares, Cómo ser un latin lover registró 30 millones de billetes verdes, contra los 15 millones que costaron ambas.

“Desde que era niño me sentaba a ver los Oscar con mi mamá y para mí siempre había sido un sueño y ya se me está cumpliendo.

“A diferencia de muchos actores latinos que llegan a este país a empezar una carrera y después de muchos méritos los invitan, creo obedece a que mis fans me han puesto ahí, gracias a que mi gente fue al cine”, dice.

A pregunta expresa y tras una carcajada, Derbez descarta que haya sido su amistad con John Bailey, actual presidente de la Academia de EU, el pasaporte para presentar una categoría, de la que se reserva el dato.

Bailey fue director de fotografía en Cómo ser un latin lover, donde Eugenio compartió set con la veracruzana Salma Hayek.

“¡Si fuese por eso estaría nominado!”, comenta de buen humor, “estaría ya invitado a muchas cosas más porque soy amigo de varios; en estos niveles no hay amistades a ese grado, las cosas se tienen que ganar, si no, no haría sentido a los demás”.

Recuerda que mexicanos como Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, Gael García y Diego Luna han demotrado ser talentosos en la industria.

“¡Pisamos fuerte!”, afirma.

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