Cuando el poderoso secretario de Hacienda, Luis Videgaray, convenció al Presidente de su “genial” idea de invitar a México a Donald Trump, le aseguró que traer al candidato republicano era una jugada win-win. No sólo ganaría Peña Nieto, al dialogar con el magnate que “podía ser presidente de Estados Unidos” y al que podría darle información sobre el intercambio comercial entre los dos países, sino que también ganaría Trump al matizar su postura antiinmigrante y antimexicana, con una visita al país al que tanto había criticado.

De hecho, en la estrategia diseñada y operada por Videgaray a espaldas de la canciller Claudia Ruiz Massieu y con el apoyo del jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, aunque se mandó también invitación a la candidata demócrata, Hillary Clinton, el verdadero interés y la prioridad era lograr que Trump viniera a México, porque de esa manera —decía el maquiavélico titular de Hacienda— se mandaría “un mensaje de apertura al diálogo y estabilidad a los mercados financieros”, que veían con preocupación un posible triunfo del abanderado republicano en las elecciones del próximo 8 de noviembre.

Pero con la visita de Donald Trump ocurrió de todo, menos el win-win pronosticado por el secretario de Hacienda. Al presidente Peña Nieto no sólo le llovieron críticas y reclamos airados de la oposición y hasta de sus propios compañeros del PRI, sino que en las calles del país, en las redes sociales, en los medios y en general en el ánimo de la gente, la invitación al repudiado candidato republicano desató los peores comentarios y la indignación popular al interpretar como una ofensa no sólo la presencia del personaje en la residencia presidencial de Los Pinos, sino como “debilidad”, “sometimiento” y “falta de valor” el tono empleado por el Presidente al responder a los ataques y agresiones que por más de un año ha dedicado Trump a los mexicanos.

Y mientras aquí la pretendida “ganancia” política se transformaba en la más fuerte crisis para el gobierno de Peña Nieto y se hablaba de la visita como “burla y ofensa para México” —al grado de que senadores de oposición, como Alejandro Encinas, lanzaban en redes sociales llamados a discutir “la remoción del Presidente”—, en Estados Unidos a Donald Trump tampoco le redituó ninguna ganancia su fugaz presencia en territorio mexicano. Al republicano lo tundieron desde sus contrincantes demócratas, que hablaron de una “paliza” para el magnate en México, hasta los analistas y observadores que cuestionaron la “doble personalidad” del republicano que, “como el doctor Jekyll y Mr. Hyde”, fue uno en la Presidencia mexicana y otro totalmente distinto en su discurso sobre migración en Arizona, pronunciado el mismo día, con diferencia de apenas unas horas.

Ni siquiera los mercados, a los que pensaba impactar Videgaray con su fallida incursión diplomática, mostraron ningún signo positivo ante la sorpresiva visita, y más bien las críticas rebasaron el ámbito nacional y se convirtieron en un tema internacional de burlas y cuestionamientos para el gobierno mexicano que, con su extraña invitación, decían los medios de otros países, “fue utilizado por Donald Trump en su estrategia de campaña”.

Apoya Peña a Videgaray y pide “cerrar filas”. Con todo, la responsabilidad de la peor crisis política y diplomática para Peña Nieto —cuyas consecuencias aún no se conocen totalmente por los posibles daños en la relación con la candidata demócrata y con el mismo gobierno de Barack Obama, al que nunca se informó de la invitación a Trump— parece que no tendrá consecuencias para el influyente secretario de Hacienda. La noche del jueves, cuando ya el tema de Trump y su visita cobraba dimensiones críticas para el gobierno mexicano, el Presidente convocó a una reunión de gabinete de “emergencia” para apaciguar los ánimos y dejar instrucciones a su equipo ante su salida de ayer al mediodía rumbo a China.

“Hay que defender la visita. Tenemos que cerrar filas todos con la decisión que se tomó y esperar a que bajen las críticas y que se entiendan los beneficios”, le habría dicho Peña Nieto a su equipo reunido en Los Pinos. Con ese mensaje, el Presidente buscaba también poner fin a las tensiones que generó el lance diplomático de Videgaray que, según público ayer la columna Bajo Reserva de EL UNIVERSAL, causó la molestia de la canciller Claudia Ruiz Massieu, que no fue avisada de las gestiones realizadas por el titular de Hacienda a través del yerno de Trump, Jared Kushner. La oposición de Ruiz Massieu y su equipo, primero a la visita, y luego a que el Presidente saliera junto a Trump a dar un mensaje en Los Pinos, ocasionaron tal tensión que la canciller amagó con renunciar al cargo ante la injerencia de Videgaray en su campo de trabajo.

Otras versiones periodísticas narraron también la oposición mostrada por el secretario de Gobernación, Miguel Osorio, quien incluso habría sugerido al Presidente cancelar la visita antes del miércoles y habría ofrecido él dar la cara ante la cancelación. Pero todas esas muestras de rechazo en el gabinete a la “idea genial” de Videgaray, y la posterior crisis en que metió al Presidente y a todo el gobierno, fueron desoídas por el Peña Nieto que, con su respaldo al secretario de Hacienda, confirmó no sólo el poder enorme que ejerce sobre él, sino la confianza ciega que le profesa a su polémico hombre fuerte quien, en su ambición de poder, quiso jugar al diplomático y terminó dinamitando la poca credibilidad e imagen que le quedaba a este gobierno y a su Presidente.

Anulan en Zacatecas a Morena, van contra AMLO. El fallo del Tribunal Electoral de Zacatecas, que anuló la elección de alcalde en la capital de ese estado e invalidó el triunfo de la candidata de Morena, Soledad Luévano, fue interpretado por el partido castigado como un “precedente en contra de Andrés Manuel López Obrador”, pues entre las razones esgrimidas por los magistrados electorales del estado se encuentra la acusación de que la candidata incurrió en “actos anticipados de campaña” al presentarse en diversos eventos políticos como “promotora de las soberanía popular” antes de que iniciarán las campañas locales en la entidad.

El hecho de que la morenista Soledad Luévano se haya presentado con ese título en mítines políticos, sumado a la aparición en espectaculares, bardas y carteles donde se promocionaba su imagen antes de las campañas, fue el motivo central para que el Tribunal Electoral local decidiera anular las elecciones y desconocer el triunfo de la abanderada de Morena. Pero Soledad no es la única que se presenta como “promotora de la soberanía”; con ese mismo título, el dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, ha realizado varios actos políticos en los que él se ostenta como el principal promotor “de la soberanía nacional” y nombra a otros dirigentes y representantes de Morena en todo el país.

De ahí que, tras la mención específica de ese título como causal de nulidad y de señalamiento de “actos anticipados de campaña” se hayan prendido las alertas en Morena de que, en realidad, en Zacatecas lo que se buscó fue sentar un “precedente jurídico y legal” que después podría ser aplicado a su dirigente nacional y futuro candidato presidencial para tratar de invalidar ya sea su candidatura o incluso un eventual triunfo en los comicios presidenciales de 2018.

Las sospechas de Morena se basan en que, antes del jueves 1 de septiembre, cuando se conoció el dictamen final del Tribunal Electoral de Zacatecas, había circulado en el estado un “proyecto” de resolución a la impugnación del PRI-PVEM en contra de Morena que era totalmente opuesto a la anulación. En ese documento, del que tiene copia esta columna, el magistrado ponente Yairsinio García Ortíz, se revocaba la sentencia impugnada y validaba el cómputo final de la elección municipal de Zacatecas y la constancia de mayoría entregada a la candidata de Morena. Pero, extrañamente, la resolución dio un giro y, según los dirigentes del partido lopezobradorista, eso se debió a “presiones y llamadas” que recibieron los magistrados “desde el centro” para pedirles que cambiaran su fallo y anularan la elección. Esas llamadas, dicen, fueron hechas por el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, y por el secretario de Gobernación, Miguel Osorio.

Incluso mencionan que uno de los magistrados de Zacatecas que operó el cambio de sentido de la resolución fue Reyes Rodríguez Mondragón, quien se encuentra actualmente en una de las ternas que la Suprema Corte envió al Senado para la selección de los nuevos magistrados del Tribunal Electoral federal y quien fuera secretario técnico de la Comisión de Justicia del Senado, que preside el panista Roberto Gil. A Reyes, dicen en la dirigencia nacional de Morena, le pidieron operar la anulación y, luego de hacerlo y para no verse comprometido, se fue de vacaciones justo unas horas antes de que se emitiera el fallo anulatorio.

¿Será otra “teoría del compló” o de verdad están sentando los precedentes para frenar por la vía jurídica y legal a López Obrador?

Notas indiscretas… Con el presidente Peña Nieto en la China y después de la crisis desatada por la visita de Trump, arreciaron las versiones sobre cambios inminentes en el gabinete. Ayer el periodista Roberto Rock daba por hecho la salida de Osorio Chong de Gobernación para ir a Sedesol, lo que supondría que José Antono Meade volvería a Hacienda y Videgaray, dice, sería enviado a operar en el Estado de México, aunque no necesariamente como candidato. De confirmarse ese movimiento, no quedaría duda de que a Osorio se le habilitaría como el más viable prospecto presidencial del PRI. ¿Se anunciará al volver de China? De ser así, la sucesión en el PRI estaría en chino… Los dados cierran con Escalera. Semana intensa.

sgarciasoto@hotmail.com

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