Contrario al discurso mediático, que exacerba el fervor religioso, y a la manipulación gubernamental, que pretende mostrarle un país de ciudades remozadas, con calles y carreteras perfectamente pavimentadas y banquetas recién pintadas, el México al que arribó ayer el papa Francisco es, en la realidad, una nación convulsionada. Violencia, impunidad y corrupción, se suman a la incertidumbre económica de estos momentos y a una creciente irritación social. Mientras el papa jesuita recorre por seis días la República y va del centro inseguro y feminicida (Ecatepec) al occidente violento (Michoacán), y luego al sur indígena y pobre (Chiapas) y al norte de la dolorosa migración y el narcotráfico (Juárez), la realidad mexicana continúa: el dólar roza los 20 pesos, el petróleo sigue cayendo y la aguda crisis de recursos que amenaza al gobierno y al país se disimula con el ostentoso gasto oficial por la visita papal.

En la fría tarde de ayer, la recepción al papa Francisco en el hangar presidencial fue un show al estilo Televisa, aunque con producción a cargo del Cepropie. El presidente Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, se pararon al pie de las escaleras del avión “Rafaello Sanzio”, de Alitalia, que aterrizó en el aeropuerto a las 19:46 horas con el jerarca, procedente de La Habana, para darle la bienvenida. La esposa del Presidente con un brilloso abrigo beige de diseñador y debajo también un vestido claro y zapatillas color crema, se acercaba al Privilege du Blanc (privilegio del blanco) reservado en el protocolo de vestimenta de las audiencias en El Vaticano para las reinas de España, Bélgica y la duquesa de Luxenburgo; el mandatario enfundado en impecable traje negro y corbata negra a rayas, que contrastaba con la clara indumentaria papal.

Mariachis, bailes folklóricos y un grupo de cantantes de Televisa, con los infaltables niños vestidos de blanco, bailaban y coreaban al Papa una de las muchas baladas pop que proliferan por estos días en la radio con motivo de la visita papal: “Pintas de luz”, cantaban estrellas de Televisa como Belinda y Cristian Castro (famosos por sus escándalos) junto con Pedro Fernández y otras estrellas más del llamado Canal de las estrellas, mientras en las gradas centelleaban las luces de los celulares de los asistentes en la oscuridad que caía sobre la Ciudad de México.

Cuando el Papa caminaba por la gran alfombra roja que le pusieron en el hangar presidencial, el presidente Peña, sonriente, le tomaba el brazo. Pero el jerarca católico, de manera improvisada, se salía del programa y se acercaba a las tribunas para lanzar bendiciones en medio de los gritos del público. Un gesto del carácter de este Papa se vio cuando abandonó la alfombra roja de la Presidencia de la República y prefirió caminar por el cemento de las pistas saludando a su paso a quienes se acercaban con imágenes para pedir una bendición o para acercarle sombreros de charro que él tomaba y se colocaba en la cabeza momentáneamente ante los flashazos de las cámaras.z

Peña Nieto no dejaba de sonreír y le indicaba al Papa que subiera a la alfombra roja por donde le acompañaban él y Angélica Rivera. Al llegar a las escalinatas del hangar, un desfile de cardenales y sacerdotes en sotanas negras y púrpuras pasó para saludar de mano a Francisco. Norberto Rivera, al llegar frente al Papa se agachó a besar el anillo papal, igual que el cardenal Alberto Suárez Inda, los dos polos en pugna en la jerarquía católica nacional. Tras los purpurados mexicanos siguieron los miembros del gabinete presidencial. Luis Videgaray saludaba de mano y sonreía mientras el dólar ronda los 20 pesos; Arely Gómez, la procuradora, le hacía plática al Papa y luego saludaba de beso a Angélica Rivera. Peña Nieto presentaba a cada uno de sus colaboradores: Virgilio Andrade, Aurelio Nuño, José Calzada, Rosario Robles y hasta el recién incorporado José Narro, todos desfilaban, fervorosos, atentos y perfectamente trajeados, para el saludo papal. Entre todos los secretarios desfilaban también los colaboradores de la Presidencia y el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda.

Un pastor en Papamóvil. Luego de la bienvenida en el hangar presidencial, Francisco abordó uno de los varios papamóviles que le prepararon especialmente para sus recorridos y se dirigió a la Nunciatura saludando, en su recorrido a los capitalinos que aguantaron el frío para verlo a su paso con luces en sus celulares, pañuelos blancos, gritos y las infaltables porras mexicanas.

Pero aunque la parafernalia mediática insista en presentarla sólo como “la visita espiritual del pastor”, este pastor, que más bien gusta de actuar como oveja, no viene a hacer turismo y lo demuestra con el itinerario que el mismo diseñó, aún en contra de las “recomendaciones” oficiales del Estado Mayor y del gobierno de Peña Nieto, que intentó o sugirió evitar algunos puntos y temas en el recorrido papal. La expectación por los mensajes de Francisco durante sus eventos en México existe dentro y fuera del país, donde se percibe que el argentino tocará fibras sensibles de la dura problemática mexicana, con un discurso contestatario e incomodo para el poder político y para las élites que acaparan la riqueza en un país profundamente desigual.

Si en Ecatapec, uno de los municipios más inseguros del país, donde los casos de mujeres violentamente asesinadas o desaparecidas siguen en la completa impunidad, el Papa hablará de desigualdad y corrupción, en Morelia se espera un discurso contra la violencia y a favor de la reconciliación de un país profundamente dividido y polarizado, no sólo por las diferencias políticas, sino por el dolor de una guerra contra el narcotráfico que lleva más de una década desangrando a los mexicanos. En Chiapas, el discurso a favor de los pobres y de los indígenas, se hará patente en las lenguas choles, zoques, tzotziles y tzetzales en que se celebrará la misa en San Cristobal de las Casas, junto a la reivindicación del obispo Samuel Ruiz, muerto hace cuatro años, y quien fuera el último exponente de la Teología de la Liberación y de la “opción por los pobres” en la Iglesia mexicana.

Finalmente en Ciudad Juárez, donde estará en la línea fronteriza con un discurso binacional, el Papa jesuita tocará el sensible tema de la migración dolorosa, tanto de mexicanos como de centroamericanos que cada día se enfrentan al maltrato, la discriminación y la violencia, tanto del crimen organizado que los acecha, como de las autoridades, en buena parte mexicanas, que los maltratan y extorsionan. Aunque el penal femenil que visitará en Juárez fue remozado y reformado y está ahora lejos del horror de Topo Chico y su masacre aún fresca de 49 reos brutalmente asesinados, de nueva cuenta el tema de la violencia y el narcotráfico que asedian a la frontera mexicana con Estados Unidos aflorará en el mensaje papal.

Así que preparémonos para una semana “empapada”, en la que los mexicanos, los medios y el gobierno se verán “más papistas que el Papa”; pero también escuchemos atentos el mensaje de este autonombrado “peregrino” que, aunque no logra aún cambiar la anquilosada y corrompida burocracia eclesial, sí ha demostrado que tiene el don de la palabra y que con ella puede cimbrar cuando se lo propone. Este Papa que ha dicho que no viene “a tapar la corrupción, la violencia y las injusticias” cotidianas en México. Y con el agitado e irritado humor social de los mexicanos, en momentos de incertidumbre, cualquier palabra de Francisco que suene contestataria sobre la realidad del país, sus graves problemas o sobre el gobierno, sonará como un bálsamo para quienes esperan de esta visita algo más que fe y esperanza.

Notas indiscretas… Hablando de esperanza, el líder del partido que también se autonombra “la esperanza de México”, Andrés Manuel López Obrador, está mandando cartas a los domicilios de los tabasqueños del municipio de Centro, para pedirles su respaldo en las próximas elecciones extraordinarias por la alcaldía de la capital tabasqueña el próximo 13 de marzo. En sus cartas, el dirigente de Morena le recuerda a la gente que tras la anulación de los comicios pasados, quedó claro que “el gobierno de Arturo Núñez y el de Peña Nieto se pusieron de acuerdo para aplastarnos y hacer creer en todo el país que, si en mi estado nos derrotaban, nada íbamos a lograr en las elecciones presidenciales de 2018”. López Obrador habla de una “traición” de Núñez y acusa también que en aquella elección hubo “inmoral compra de votos a cambio de migajas y dinero de procedencia ilícita”, a pesar de lo cuál, dice, Morena obtuvo “buenos resultados y ganamos en la Ciudad de México, con lo que se vino abajo su perversa estrategia”. Luego, invita a los tabasqueños, a los que se dirige como “querida paisana y paisano” a votar por Morena en los comicios extraordinarios “porque es muy importante que triunfemos en la elección de presidente municipal”. Al calce de la carta que está llegado a las casas en Villahermosa, va la firma de Andrés Manual. Se ve que El Peje tiene muy claro que tiene que ser “profeta en su tierra” para poder ser “profeta de 2018”… Los dados cierran con Serpiente. Semana de contrastes.

sgarciasoto@hotmail.com

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