A juzgar por las destrezas exhibidas hasta ahora por Francisco Pancho Domínguez, nuevo gobernador de Querétaro, la política mexicana ha descuidado a los veterinarios como cantera de talentos.

En menos de una década (entre 2006 y 2015), este ex porcicultor aplastó a sus adversarios en cuatro citas sucesivas ante las urnas. Apenas en octubre pasado llegó al Palacio de Gobierno de su estado, lapso que le ha bastado para imponer incondicionales, confiar puestos políticos a funcionarios con formación policial, desfondar al Poder Judicial local, someter a los alcaldes, pactar con el PRI y desafiar a sus padrinos políticos. Ahora parece trazar un camino hacia 2018.

Todo en Domínguez Servién (Querétaro, 1966) grita su impulsividad. Las anécdotas de un carácter violento salpicaron su trayectoria como ranchero, líder de agrupaciones del campo estatal, diputado federal, alcalde y senador. Aun en la Cámara Alta, que supuestamente acrisola la madurez y la sensatez política, se vio implicado en incidentes donde a punto estuvo de los golpes, incluso ante mujeres. En una de esas ocasiones, el senador priísta David Penchyna se atravesó para contenerlo, con riesgo de que la bronca se desbordara.

Domínguez fue originalmente impulsado por Felipe Caderón, ex presidente y ex líder nacional del PAN. El actual dirigente blanquiazul, Ricardo Anaya, su paisano y creciente adversario, facilitó su ascenso hacia el Senado. En la contienda por la gubernatura contó con ayudas extraordinarias del equipo de Rafael Moreno Valle, mandatario de Puebla. Pero dentro y fuera del PAN el ahora gobernante queretano se declara como jugador líbero. Anuncia que combatirá las aspiraciones presidenciales de Margarita Zavala y parece tomar rápida distancia de su benefactor poblano.

De la alcaldía en la capital queretana (2009-2012) brincó fácilmente a la senaduría, derrotando a uno de los santones del priísmo estatal, el ex gobernador Enrique Burgos, que arribó a su actual escaño con la humillación de ser legislador de minoría.

El PRI decidió cobrarle la afrenta. Difundió versiones de que el senador Domínguez era golpeador de mujeres, incluso en su círculo familiar. Hizo circular la especie de que un hermano suyo tenía nexos con cárteles del narcotráfico asentados en Cancún. En la prensa estatal fue “sembrado” el nombre un personaje llamado “Señor Kor”, supuesto personero de Domínguez ante las mafias. En agosto de 2013, una fecha cercana a su cumpleaños, una camioneta que lo transportaba fue asaltada a mano armada al sur de la Ciudad de México. El declaró que no se hallaba en el vehículo, pero que dos colaboradores habían resultado heridos.

El panismo responsabilizó de esta guerra sucia al entonces gobernador José Calzada Rovirosa, actual titular de Sagarpa federal. En 2015, Calzada impulsó como aspirante por el PRI para sucederlo al alcalde capitalino Roberto Loyola, quien fue claramente derrotado por el actual mandatario.

Las condiciones estaban dadas para una revancha de Domínguez contra Calzada. Pero en Querétaro, que ha vivido ya varias alternancias, PAN y PRI practican desde hace años una singular forma de pacto que hace cohabitar a políticos cuyas diferencias ideológicas e intereses económicos son difíciles de distinguir.

Esos pactos le han permitido a Domínguez conducir su gobierno con un sello singular. Un solo ejemplo: en la Secretaría de Gobierno —el principal cargo de su gabinete— designó a Juan Martín Granados, y a su hermano, Juan Marcos Granados, al frente de la seguridad pública en la entidad. En 2009, con el gobernador panista Francisco Garrido, el primero fue procurador de Justicia, y el hermano, subprocurador. Juan Marcos ya había ocupado el mismo puesto a nivel municipal en 2012, con el alcalde priísta, el citado Roberto Loyola.

A Juan Martín Granados, considerado una especie de Fouché aldeano, le tomó apenas unas semanas “convencer” a seis magistrados del Poder Judicial estatal de que se jubilaran con una generosa pensión, y al Congreso local, dominado por panistas y priístas, para designar a los sucesores, con un reparto riguroso: tres puestos para el PRI, tres para el PAN. Entre éstos, la señora esposa de Juan Martín, Mariela Ponce Villa. Ella había conquistado en 2009 el puesto de juez cuando su marido fue procurador.

¿Qué quiere Pancho Domínguez? La suya es una ruta que hay que seguir de cerca.

APUNTES: El video plagado de errores sobre el arresto del Joaquín El Chapo Guzmán Loera, difundido por la PGR el miércoles 27 de enero (), debe lucir al final los créditos de su autor: Tomás Zerón de Lucio, director de la Agencia de Investigación Criminal. Se trata de un personaje controvertido, al parecer intocable, que ha sido incómodo en la dependencia, tanto para el ex titular, Jesús Murillo Karam, como para la actual procuradora, Arely Gómez. La confirmación de la autoría de este video atrae suspicacias sobre negligencia y quizá mala fe en el equipo de Zerón por el manejo de este testimonio que podría acabar dando ventajas a los abogados del narcotraficante.

rockroberto@gmail.com

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