¿Qué mundo nos vigila?

#LaVozDeLosExpertos

No me impresiona saber la forma en que algunos justifican el ir siguiendo a un posible cliente con la palabra engagement. Es claro que todo proceso de venta tiene una vida útil y se le debe de dar el adecuado seguimiento al interés de alguien por un producto o servicio. Lo que cada vez me sorprende más y más son las formas en que puede llegar a ser invasiva la forma de identificar el interés de alguien por algo y de darle seguimiento.

Desde hace tiempo existen los “trackers”, gente que te sigue en la tienda haciéndose pasar por otro comprador y analizan los hábitos de consumo de la gente a su alrededor (sí, hay antropólogos que comen muy bien). Otra técnica es reconocer la señal de tu celular y seguirte por la tienda o centro comercial para ver tu “camino de compra o interés”. Hoy en día es posible incluso mandarte mensajes sobre algo que está pasado ahora y que probablemente te interesa porque estuviste en una tienda o centro comercial específico hace semanas gracias a la georeferencia de tu celular.

Aunque tengo más dudas sobre los candados de seguridad de los call centers de iZZi, Farmacias del Ahorro y otros negocios o servicios que te piden los datos de tu tarjeta de crédito o débito; mis nuevas dudas están enfocadas en los candados de seguridad de los sistemas de rastreo y monitoreo facial para comercios (y cámaras de vigilancia, e incluso trámites de gobierno). Con el reconocimiento facial muchos marketers y personas en el mundo de las tiendas departamentales y productos de consumo puede tener nuestra edad (más que aproximada), casi obvio nuestro género. Obvio se amparan con que no siguen a individuos sino más bien lo utilizan para datos demográficos agregados.

Los más obvios, por supuesto son: los programas de lealtad (y poder ver que compras al estar en dicho programa), el análisis de recibos de compra bajo la misma identidad de la tarjeta de crédito o débito, aplicaciones para encontrar cosas dentro de la tienda (y ellos saber qué buscas y compras). Uno que me divierte mucho es el de detectores de movimiento para ver cuáles son las zonas más “calientes” de una tienda, obvio pueden cobrar más por poner a una marca ahí por donde pasa más gente.

Además de todo el #ruidoblanco de seguirnos y tratar de conocer nuestros hábitos y gustos de consumo, hay otra área que otro día trataré sobre la manera de tratar de empujarnos a comprar más (obvio que los datos recolectados con lo antes mencionado ayudaría muchísimo para esta misión).

Es impresionante lo que la tecnología está avanzando, en especial en cuanto a rastreo de señal de celular y reconocimiento facial. Varias cosas pueden ser vistas para el bien, otras caen en el error que bien aprendí en la universidad: “no hagas cosas buenas que parezcan malas”, al final del día pueden ser para algo tal vez positivo (activar la economía) pero la falta de transparencia las hace ver como malas.

Me impresiona mucho la certeza de sistemas tecnológicos como el de NEC, que ahora empieza a ampliar sus impresionantes productos de alta calidad en el backend para ofrecer una herramienta muy interesante para seguridad pública y privada con su reconocimiento facial. Además es interesante y bueno conocer más sobre sus integraciones para tiendas de retail con sensores de rastreo (no invasivo, aunque sí con detallada información demográfica) y finalmente en algo que sigo desarrollando en mi cabeza es el detallado (al buen estilo japonés) sistema para procesar huellas, faciales y varios datos biométricos para soluciones de protección civil y seguridad.

La siguiente vez que estés dando vueltas de manera aleatoria en un espacio público de seguridad media a alta, recuerda: “no hagas cosas buenas, que parezcan malas”, el mundo del retail y de la seguridad nos vigila. Por mientras, sí, la discusión sobre si es por la seguridad de la mayoría contra la privacidad del individuo, seguirá.