#LaVozDeLosExpertos

El miércoles tuve la fortuna de estar invitado a un evento de un día completo sobre el Gobierno Exponencial. Un evento muy bueno, diseñado para CIOs (Chief Information Officer (CIO) o director de tecnologías de la información (IT).

Un CIO es, digamos, el amigo al que le preguntan “qué celular comprar”, ”cómo hago para que no se metan a mi feis” y “cómo puedo mandar la foto del carro que vendo a todos mis contactos por mail”; pero con un (de preferencia, buen) sueldo por hacerlo.

Sin duda, uno de los temas más comentados en lo que va de esta década (y espero que se empiecen a cerrar sus filas pronto) es la digitalización, de ahí viene la masificación del uso de datos y terminaremos en la optimización de recursos tecnológicos para beneficiar a la sociedad mientras se baja el costo de operar dicha atención. El evento contó con dos mesas con gente muy reconocida como @alelagunes, @ljauregui, @bilbeny, @CarlosPonceMart y @VictorLagunes; entre ambas mesas hubo pláticas impartidas por profesores de Singularity University.

La misión de la ‘Universidad de la Singularidad’ es educar, inspirar y capacitar a líderes para aplicar tecnologías exponenciales para hacer frente a los grandes retos de la humanidad.

Es claro que cuando escuchamos esto vemos venir el huracán de palabras como lo son “tomar riesgos”, “disrupción” e “innovación”. Tal vez, la que también se repite pero se la come el eco es “arriesgarse”. Bien dijo @bilbeny: “Nos falta mucho ser valientes y arriesgar con innovación de los emprendedores. Si no arriesgamos, no veremos innovación”.

Una frase clave de Silicon Valley es: “launch and iterate” o “lanzar e iterar”. Esta idea en la cabeza de todos de tener algo utilizable pero que una vez en las manos de muchos se aprende más rápido y, con el compromiso de recursos y foco adecuados, generar un cambio positivo.

Esto claramente implica “ser amante del riesgo” además de, claro, ser amante del conocimiento tecnológico.

El problema que siento se podría haber abordado más a fondo es el que va directamente ligado al “riesgo” de que el diseño del marco normativo en materia de responsabilidades de los servidores públicos prohíben el fracaso.

Si un área gubernamental experimenta y quiere innovar probando nuevos servicios o cambiando procesos y falla, eso tiene consecuencias que pueden incluso pagarse con el patrimonio mismo de los funcionarios. En ese sentido, no hay tolerancia ninguna al error.

¿Cómo compatibilizar la necesidad de innovar con el manejo cuidadoso del presupuesto asignado y el logro de metas y objetivos planteados, sin importar el #ruidoblanco, por las administraciones públicas?

Tal vez el tema se profundice para el siguiente encuentro, espero. Mientras sigo aplaudiendo los programas pilotos, pero me gustaría ver que realmente “hackean” al gobierno al digitalizarlo en beneficio de los ciudadanos.

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