Quienes disfrutamos de Internet casi ininterrumpido damos por sentado el acceso a la información. Tenemos computadora y celular con plan de datos, por decir de alguna forma y no necesitamos hacer base en el Wi-Fi de un café o en el de la casa de un amigo para ponernos al día en Whatsapp o el “face”.

Tanto los usuarios promedio, como los que no dejamos de estar conectados, tenemos mucho que recapitular cada vez que accedemos a un sitio o a una aplicación. Imaginemos que nos comunicamos a través de un hilo y dos latas. El sistema es sencillo. Sin embargo, Internet es más parecido a una telaraña de hilos que realiza un buen trabajo en hacer llegar un mensaje de un lado a otro, pero de forma interactiva, bonita y, muchas veces, gratuita.

Cuestiono la frase: “si es gratis es porque tú eres el producto”. De hecho, este tipo de servicios son gratuitos en la Red porque muchos son la audiencia, no tú. No es personal.

Lo que sí es personal es lo que algunos de los cables entramados miden y guardan en cookies. Éstos envían información para mejorar la publicidad que recibe el usuario, agregando en quién recae la acción. Por supuesto, que desde el punto de vista de publicidad, todo esto está bien, mientras no juzgues al usuario ni censures la información.

La información de los lectores se guardan en cookies. Identificadores que guardan preferencias del usuario para que los robots de publicidad y analíticos sepan que tipo de audiencia lee un contenido. No los llamaría un mal necesario, sino una necesidad que puede ser buena, pero es poco transparente; en pocas palabras el conocido refrán: “no hagan cosas buenas que parezcan malas”.

Hay que estar pendientes de eso, porque el siguiente paso puede llegar a ser “dime quiénes son tus lectores del contenido censurado” y convertirse en una cacería de brujas, poniendo dos pies en la privacidad del usuario.

La firma Forrester considera que la privacidad será una tendencia para 2016, (además del móvil) y le pide a las compañías considerar no esperar a que las autoridades federales pongan a la seguridad de su sitio en orden.

De acuerdo a investigadores de la Universidad de Pennsilvania, hoy en día un sitio de noticias llega a compartir datos del usuario con más de 30 servidores de terceros (goo.gl/gPaq7N), a través de cookies.

Hoy no es necesario defender únicamente a la fuente de notas importantes, sino también cuidar la integridad y el #ruidoblanco de la comunicación entre el lector y el medio de información. Especialmente, si consideramos que el medio de nuestra preferencia puede saber en qué lugar está nuestro celular, desde donde puede que leamos una noticia o esta columna.

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