Pasadas las dos y media de la tarde de ayer, un avión del Cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos (US Marshalls) aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Cuatro horas antes había despegado del aeropuerto Dulles de Washington con Zhenli Ye Gon, el empresario de origen chino reclamado por la justicia de nuestro país y finalmente extraditado por el gobierno estadounidense.

En el hangar de la PGR fue entregado a agentes de la Agencia de Investigación Criminal, quienes de inmediato lo trasladaron en helicóptero al penal de máxima seguridad del Altiplano, donde quedó internado pasadas las cuatro de la tarde.

Apenas el lunes pasado, la Suprema Corte de EU había avalado, como inapelable y última instancia, la extradición de este hombre presuntamente dedicado a la compra de precursores para drogas de diseño, y en cuya residencia de las Lomas de Chapultepec fueron encontrados el 15 de marzo de 2007, más de 200 millones de dólares relacionados con un cargamento de 19 y media toneladas de acetato de pseudoefedrina decomisadas en el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán.

Ye Gon fue detenido en Estados Unidos el 23 de julio de 2007, mientras cenaba en un restaurante de Maryland. Desde entonces, recluido en una prisión federal de Virginia, ha sostenido su inocencia, con el argumento de que los millones de dólares encontrados en su casa, eran fondos del PAN destinados a la campaña del entonces presidente Felipe Calderón y que personeros del blanquiazul, a través del hoy senador Javier Lozano Alarcón, le exigieron que los guardara con la frase-amenaza que se volvería famosa en todo México: “coopela o cuello”.

Hasta el momento de escribir esta columna, Lozano Alarcón no había respondido a la pregunta que le formulamos vía Twitter sobre el estatus de esas acusaciones. El caso es que la llegada a México de Zhenli Ye Gon ha inquietado a círculos calderonistas, pero también, por si algo faltara, a dos ex gobernadores de Veracruz.

Las investigaciones de este caso sugieren que los 200 millones de dólares confiscados a Ye Gon por el gobierno mexicano, eran producto de las actividades del cártel de Los Zetas, que en aquellos años consolidaban su férreo control territorial en Veracruz, entonces gobernado por el hoy cónsul en Barcelona, Fidel Herrera Beltrán, a quien los veracruzanos llaman el Z-1.

Herrera Beltrán, como se sabe, impuso a su sucesor, el hoy defenestrado Javier Duarte, llamado en consecuencia el Z-2, en cuyo gobierno la violencia vinculada a la delincuencia organizada se salió de control y proliferó la corrupción pública.

Duarte, hoy a salto de mata, con una orden de aprehensión en su contra por lavado de dinero, podría ser acusado también de narcotráfico, conforme se conozcan las declaraciones del famoso chino del “coopela o cuello”.

El regreso de Ye Gon ha puesto a temblar a varios.

INSTANTÁNEAS. 1. COMPLICIDADES. ¿Quiénes son las dos mujeres detenidas ayer por la PGR en relación con el caso Duarte? La red de complicidades del ex gobernador de Veracruz es amplia e incluye a familiares. Entre las mujeres que figuran en esa red están su madre, Celia de Ochoa; su esposa, Karime Macías Tubilla; su cuñada Mónica Macías Tubilla; su suegra, María Virginia Tubilla Letayf, y Córsica Ramírez Tubilla, prima de su esposa. ¿Serán las detenidas alguna de ellas?

2. LA LÍNEA volvió a imponerse y el PRI perdió una gran oportunidad para mostrar que ha cambiado y respeta la democracia interna. La dirigencia nacional no permitió que la elección del líder de su sector juvenil se dirimiera en una competencia abierta a sus jóvenes militantes. Éstos, peor aún, se sometieron al “dedazo”, no obstante que habían dicho, como aquí le informé el viernes pasado, que se rebelarían ante cualquier imposición. El sábado pasado, fecha límite para el registro de aspirantes, llegó la línea de la cúpula y sólo se registró uno, el campechano Pablo Angulo Briceño, nuevo líder de la Red Jóvenes por México.

3. CEMENTO. La cooperativa Cruz Azul, que encabeza Guillermo Álvarez Cuevas, prevé un repunte del mercado mexicano de cemento para los próximos dos años, con una mínima afectación en el precio final de la vivienda. La inflación acumulada en el costo de la construcción y en el precio final de la vivienda, ha sido superior a la del cemento durante los últimos 12 años. Aquella aumentó 5.7 por ciento y éste 0.15 por ciento. Ven con optimismo el futuro inmediato.

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@RaulRodriguezC

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