Desconfiar de Memo Ochoa y su capacidad es un ejercicio que se practica desde hace muchos años, seis para ser exactos. Se le cuestionaba dejar al América para ir a un equipo recién ascendido al máximo circuito francés. Dejar un grande para ir al Ajaccio representaba una apuesta arriesgada.

Brilló en Francia y fue artífice de la permanencia del equipo durante dos campañas hasta que fue inevitable volver al infiero, pero se aproximaba el Mundial de Brasil y todos criticaban su posible puesto como titular después de culminar con el descenso.

Conocemos la historia: Ochoa fue para muchos, el mejor portero de Brasil y entonces surgieron rumores de todo tipo, pero fue Málaga donde deshizo sus maletas. Llegó en plan de estrella, pero recibió uno muy distinto, esto aunado al estupendo trabajo del camerunés, Carlos Kameni, quien nunca dejó la titularidad.

Memo seguía siendo convocado y las críticas no paraban: ¿Cómo era posible que siendo suplente de un equipo mediano fuera titular de la Selección Mexicana? Se hablaba de incongruencia absoluta y hasta de injusticia.

La historia con el Granada español está fresca y quienes criticaron severamente su titularidad en la Copa Confederaciones, bajo el argumento de ser el portero más goleado de España (sin analizar a fondo su rendimiento), terminaron aplaudiéndole en Rusia.

Hoy el procedimiento de crítica es el mismo: ir al Standard Lieja representa un retroceso en su carrera, dicen “los que saben”.

Ochoa siempre ha merecido más: un mejor equipo en una mejor Liga. Pero por encima de cualquier cosa, merece que se le reconozca el enorme talento, ese mismo que le ha permitido que en sus peores momentos tuviera siempre el temperamento para vestirse como seleccionado nacional y cumplir cabalmente. Que se ha equivocado. Seguro, pero refrésqueme la memoria y mencióneme un portero infalible.

La trayectoria del ahora portero del conjunto belga merece mayor consideración y respeto. Suficiente ha demostrado para dudar menos y creer más, porque paradójicamente esas dudas tienen como origen una creencia, una hipótesis. Los hechos ahí están, sus atajadas no son imaginarias, sus salvadas no son de película sino de vida real.

Para muchos, esta nueva aventura representa una buena razón para seguir dudando, para otros, me incluyo, para seguir creyendo que es un portero confiable y de extraordinarias condiciones.

¡He dicho!

futbol@eluniversal.com.mx

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