El fuego de la elección del Estado de México ya alcanzó a OHL. En el debate del martes, dos candidatos a gobernar la entidad (Josefina Vázquez Mota y Juan Zepeda) se lanzaron en contra de la constructora española por su relación con el partido que le entregó las concesiones más importantes de su portafolio: el PRI.

La candidata del PAN acusó a la empresa de origen español de financiar la campaña del priísta Alfredo del Mazo con el dinero que pagan los mexiquenses por usar el Circuito Exterior Mexiquense, mientras que el abanderado del PRD amenazó con revocarle la concesión de este proyecto.

La candidata de Morena, Delfina Gómez, no se refirió a OHL, pero basta con repasar las veces en las que Andrés Manuel López Obrador se ha referido en público a OHL, para saber que, de ganar la elección, buscaría ejecutar medidas en contra de la empresa que dirigió, desde su llegada a México (en el 2003) y hasta mayo del 2016, José Andrés de Oteryza, un ex funcionario del PRI y uno de los power brokers más influyentes del país.

Fue el propio López Obrador quien, en octubre de 2015, publicó en su cuenta de Facebook un foto en la que se observa a Oteyza, entonces mandamás de OHL México, apuntando con el dedo al presidente Enrique Peña Nieto: “Es como si le estuviese diciendo: ‘no te olvides del apoyo que te hemos dado desde la campaña'”, escribió el actual presidente de Morena.

José Andrés de Oteyza, en efecto, es un hombre muy ligado al PRI. Fue secretario de Patrimonio y Fomento Industrial durante el sexenio de José López Portillo, asesor del secretario de Comunicaciones y Transportes, Emilio Gamboa, y ejecutivo del Grupo Tribasa, la constructora predilecta del salinato.

Salió de OHL en abril de 2016, aduciendo motivos personales. La realidad es que se desgastó tras las filtraciones de audios que lo implicaron en conversaciones sobre presuntos actos de corrupción, y en las cuales llegó a mencionar, directa o indirectamente, al presidente Peña, al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, al entonces titular de Pemex, Emilio Lozoya, y al ex director de la CFE, Enrique Ochoa.

Como si se tratara de una maldición, en pleno proceso electoral en el Estado de México, donde OHL tiene sus dos concesiones más importantes, la atribulada filial de la constructora en México salió a relucir en la investigación que realiza España en contra de Javier López Madrid, yerno del dueño de OHL, Juan Miguel Villar Mir.

En una comparecencia ante el juez de la Audiencia Nacional española, el empresario Adrián de la Joya implicó a OHL México en el presunto pago de un soborno de un millón 400 mil euros en Suiza durante la gestión de José Andrés de Oteyza.

Si el escándalo (que como el caso de Odebrecht, fue detonado en el extranjero) explota antes del 4 junio, día de la elección del Estado de México, podría ser un golpe fulminante para el PRI.

Sus oponentes políticos ya lo tomaron como bandera y cualquier información que implique a OHL México, a sus funcionarios y exfuncionarios, será utilizada como arma para atacar al candidato del PRI.

OHL se anticipa. Tras los escándalos de corrupción y las multas impuestas por autoridades financieras en México, OHL se convirtió en una empresa de ultra bajo perfil. Sin embargo, ha ido moviendo sus piezas para evitar que su negocio sea afectado en caso de que Andrés Manuel López Obrador llegue a la presidencia y que el PRI pierda el Estado de México.

En marzo escribí aquí que sus directivos en España y México tomaron la decisión de desprenderse de varios activos en el país, en parte por la difícil situación financiera de su holding, pero también por el temor de que Donald Trump cumpla sus promesas de campaña y afecte la economía del país.

Sin embargo, fuentes cercanas a la firma aseguran que dichas decisiones también tienen que ver con el temor de que López Obrador gane la presidencia y el PRI pierda el Estado de México.

A finales del año pasado, OHL acordó vender otra parte de su participación en el Circuito Exterior Mexiquense, la concesión que le aporta casi 64% de sus ingresos y 68% de su flujo operativo.

Se lo vendió al fondo holandés IFM Global Infrastructure Fund, el cual pasará de tener 24.99% a 49% de la empresa que opera la concesión, que, por cierto, genera márgenes envidiables, de más de 78%. En los últimos cinco años, el tráfico diario promedio del Circuito Exterior Mexiquense creció 25%, mientras que los ingresos por peaje aumentaron 78%, debido al acelerado aumento de tarifas. Un negociazo.

@MarioMal

 mario.maldonado.padilla@gmail.com

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