Bernardo Turner viaja todos los días del centro de Varsovia a Błonie, una pequeña ciudad al oeste de la capital de Polonia donde está la planta de Katcon, una empresa de autopartes que nació en Monterrey, Nuevo León, en 1993, y que hoy opera en más de 40 países.

A primera vista, podría sonar extraño que una empresa mexicana produzca y exporte desde una remota ciudad de Polonia sus productos a los mercados más relevantes de Europa, como el Reino Unido, Alemania, Italia o Francia, así como a Corea, Estados Unidos e incluso México.

“Cuando llegué a Polonia, en 2010, creí que iba a encontrar un país con muchas características del comunismo, pero no fue así; en cambio, vi uno más desarrollado y de muchas oportunidades”, nos dijo Bernardo Turner,
el presidente de Katcon Polonia, a un reducido grupo de periodistas que visitamos su planta en Błonie.

En realidad, Katcon, junto con otras empresas mexicanas como la también fabricante de autopartes Nemak, filial de la regia Grupo Alfa, y Cemex, también con código postal de San Pedro Garza, capitalizaron el llamado “milagro polaco”, un término acuñado por los economistas para describir la veloz transformación de Polonia en los últimos 25 años.

Polonia dejó de ser un país comunista en 1990 para convertirse en una democracia cuya economía crece desde entonces más rápido que cualquier otra de Europa gracias a sus reformas estructurales, los fondos de estabilización que recibe de la Unión Europea (a la que se unió en 2004), la profesionalización de su fuerza laboral y el incremento de la productividad, así como la apertura comercial que impulsa con mayor fuerza ahora que el Reino Unido saldrá de la UE.

Katcon ha sido de las empresas mexicanas que más ha aprovechado esta “era dorada” de la economía polaca. Comenzó a operar en el país eslavo en 2010 tras la compra de la estadounidense Delphi, la cual tenía una huella global que se extendía por países como Canadá, Corea, India, Australia y Polonia. Bernardo, hijo del fundador de Katcon, Fernando Turner, vive desde entonces en Varsovia. Aprendió polaco y dos de sus hijos nacieron allá.

Así como la economía polaca, la huella de Katcon en Europa ha crecido vertiginosamente. Envía sus productos a Reino Unido, Alemania, Italia, Francia, España, Turquía y otros países, y tiene como clientes a buena parte de las grandes firmas automotrices: GM, Ford, Fiat, Opel, Renault… Les vende escapes y catalizadores de última generación cuya tecnología desarrolla en México, Luxemburgo y Polonia.

En los últimos cinco años, Katcon Polonia multiplicó por 10 su producción y planea aumentarla cinco veces más hacia 2020. Por ello, planea invertir unos 12 millones de euros en su fábrica de Błonie.

Actualmente, Polonia, como mercado, representa sólo 5% de las ventas consolidadas de Katcon, las cuales ascendieron a cerca de 400 millones de euros en el 2016; no obstante, Bernardo Turner prevé que crezcan hacia 2020, junto con la producción que se queda en Europa.

Hoy, el mercado europeo representa entre 15% de las ventas totales de Katcon, pero se prevé que hacia el 2020 aumente al menos a 20%. El dilema —que más bien habla de una buena estrategia de diversificación— es que China, Estados Unidos y México también crecen aceleradamente. Estos tres mercados representan más la mitad de los ingresos del grupo.

Katcon es una empresa disruptiva que hace tiempo comenzó a experimentar con la producción de piezas en 3D, pues quiere ser uno de los pioneros en este campo.

“Esta es la próxima revolución industrial y no queremos llegar tarde, sino ser de los primeros”, me dijo a finales del 2015 el fundador de la empresa, Fernando Turner, quien ahora es secretario de Economía del gobierno que encabeza Jaime Rodríguez en Nuevo León.

Como empresario, CEO y presidente de Katcon Polonia, Bernardo Turner describe a los trabajadores polacos como gente “con muchas ganas de trabajar y mejorar su nivel de vida”, precisamente porque las oportunidades se les abrieron hace apenas 25 años.

Dice que ve positiva la visita de Estado que hará el presidente polaco Andrzej Duda a México el próximo 24 y 25 de abril. Según los funcionarios de Polonia, el sector automotriz es, precisamente, uno de los que más interés genera para empresarios de ambos países.

Bernardo, por lo pronto, planea seguir viviendo en Varsovia y conmutar todos los días al pequeño pueblo de Błonie, donde se producen las autopartes que se envían a los países más desarrollados del mundo.

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