El plan de Walmart de salirse de negocios no estratégicos para enfocarse con más fuerza a sus formatos de autoservicio concluyó ayer, con la venta de Suburbia. La estrategia la llevaron ejecutivos de la cadena en México, pero la orden vino directamente desde Bentonville, Arkansas, donde despachan los Walton, sus dueños.

¿Qué fue lo que detonó este plan de la minorista estadounidense? Principalmente la crisis generada por los escándalos de presunta corrupción que destapó el New York Times en el 2012, relacionados con la apertura de tiendas en México, la cual afectó su desempeño operativo, aunado a la feroz competencia que comenzó crecer en el mercado nacional.

En septiembre del 2013 llegó el primer acuerdo: Alsea, el operador líder de restaurantes en México y Latinoamérica, le compró la marca y los 362 restaurantes de Vips por un monto de 8 mil 700 millones de pesos. Para Walmart, la venta de sus negocios alternos no estuvo ligada únicamente a la oferta económica: buscó postores que no fueran sus competidores y que su relación pudiera generarles sinergias.

Grupo Gigante, por ejemplo, ofreció 9 mil 130 millones de pesos por Vips, pero Walmart no quiso venderle sus restaurantes a Ángel Losada, quien tiene una amplia relación de negocios con su mayor competidor en México: Soriana, de la familia Martín Bringas, quienes en el 2015 compraron las tiendas de Comercial Mexicana.

Luego, en diciembre del 2014, el grupo financiero de Carlos Slim, Inbursa, acordó comprarle el Banco Walmart por cerca de 3 mil 500 millones de pesos. La transacción incluyó una alianza comercial para fortalecer la oferta de servicios financieros de la minorista en México.

Y finalmente este miércoles se anunció lo que le adelanté aquí hace dos semanas: la venta de las 117 tiendas de Suburbia a Liverpool por un monto de 19 mil millones de pesos (poco más de mil millones de dólares).

Al final del proceso de venta llegó la chilena Falabella, una de las cadenas de retail más grandes de América Latina. Sin embargo, la alianza que firmó previamente con Soriana, de Ricardo Martín Bringas, para traer la marca Sodimac a México, la alejó de la posibilidad de quedarse con las tiendas de ropa de Walmart.

Guilherme Loureiro, presidente ejecutivo y CEO de Walmart de México, reconoció que esta venta es el último paso en el plan de la empresa para enfocar los esfuerzos en su negocio principal. “Con este acuerdo estamos totalmente enfocados en nuestro negocio principal y en nuestro objetivo de duplicar nuestras ventas totales en 2024”, expuso en un comunicado.

Y es que si bien Loureiro tomó la dirección general de Walmart de México —el 1 de febrero del 2016—, con buenos números: sus ventas comparables habían crecido 6.4% en el 2015 —su mejor desempeño desde el 2006— y su acción se había apreciado 50% en la Bolsa Mexicana de Valores; su mayor reto será duplicar el tamaño de la empresa hacia el 2025.

Para ello, deberá enfocarse en crecer sus principales formatos: Bodega Aurrerá y Walmart, así como desarrollar nuevos, al tiempo que acelera la penetración de sus plataformas de comercio electrónico.

Loureiro se incorporó a la minorista estadounidense en 2012 como vicepresidente senior de Wal-Mart Brasil. Un año después, en agosto, fue nombrado CEO de las operaciones en el país sudamericano.

Su paso por la cadena de autoservicios tuvo claroscuros: por un lado ayudó a crecer la plataforma de comercio electrónico, fortaleció los lazos con proveedores —dada su experiencia previa en Unilever— y expandió la presencia de la firma en el competido mercado minorista de Brasil; no obstante, la desaceleración de la economía carioca le puso un freno.

Por número de tiendas, México es el segundo mercado más importante para Walmart Stores, sólo después de Estados Unidos, pero es el número uno en rentabilidad, lo cual le pone una mayor presión a Loureiro.

Hace unos días demostró su fortaleza al reportar un crecimiento interanual de 12.1% en sus ventas comparables de julio, su mayor incremento para ese mismo mes en la última década.

Posdata. En cuanto a Liverpool, la adquisición de Suburbia le permitirá entrar de lleno a competir en el segmento C y C-, donde enfrentará a Sears y a Inditex, propiedad del multimillonario Amancio Ortega, el cual opera marcas como Zara, Pull & Bear, Bershka, Stradivarius y Oysho.

Como le comenté previamente, Graciano Guichard González, su CEO, ve una enorme oportunidad de crecimiento en este segmento, principalmente por el aumento de la clase media. Y mire que si alguien sabe cómo atrapar a este sector de la población es Liverpool.

Twitter: @MarioMal.

Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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