Mañana estará reunido un nutrido grupo de alcaldes en un hotel de Reforma, en la Ciudad de México. Vienen de todos los partidos, a excepción de Morena y del PRI, con un objetivo concreto: comenzar a ponerle los primeros ladrillos a la construcción de un frente amplio para 2018.

Antes de los resultados electorales del domingo, cualquier acuerdo perderá fuerza, se pintan escenarios tan variados que solamente terminan dibujados en concepto claro: incertidumbre total.

Abundan encuestas para todos los colores, gustos y egos, son estudios que, en muchos casos, cuentan con la autoría de las mismas empresas que en 2012, 2015 y 2016 fallaron radicalmente en sus pronósticos ante un escenario de hartazgo e incredulidad en todo.

Una encuesta firmada por Mendoza Blanco, que no es pública, mandada a hacer por un grupo de empresarios, apunta los siguientes números en la intención de voto: 29% para Alfredo Del Mazo, 18% para Delfina Gómez, 17% para Juan Zepeda y 11% para Josefina Vázquez Mota.

Otra, promocionada hasta el cansancio en redes y desplegados a plana completa en la prensa nacional, coloca a Delfina Gómez con 36.6%, a Del Mazo con 25.4%, a Zepeda con 17% y a Vázquez Mota con 14%, el estudio lo firma la empresa Indicadores, que en 2010 pronosticó al candidato del PRI para Puebla como el ganador indiscutible para que después el resultado final lo colocara con una derrota de diez puntos frente a Moreno Valle.

Un gráfico, que ni siquiera cuenta con una firma que lo respalde pero que se distribuye en whatsapp y twitter, apuesta a que todos están equivocados y Josefina Vázquez Mota cuenta con 39% de las preferencias frente a un 22% de Alfredo del Mazo… No vale la pena escribir más al respecto.

Quizá todas tengan algo razón y se midan con muestras tan bajas que no puedan reflejar la realidad de un estado muy complejo y que, además, se encuentra inmerso en un ambiente extremadamente tenso. Me queda claro que nada queda claro.

Mañana, los alcaldes que asistan a la reunión, trazarán ideas, esquemas que probablemente no tenga valor alguno después del resultado en el que la clase política nacional está, literalmente, jugándose la vida para los próximos años.

Dudo mucho que suceda, pero ojalá que los números del Estado de México arrojen una cómoda ventaja para el ganador o seremos testigos de un ambiente en el que un huevazo a los políticos será lo de menos.

Siendo francos, es muy probable que el llamado a la paz y a la resolución que excluye la violencia se quede en un simple deseo bien intencionado…

DE COLOFÓN.— Una novedosa encuesta, no es pública, hace un símil de los candidatos como si fueran un platillo de comida para medir las preferencias nacionales con base al estómago, no son números, son metáforas: López Obrador salió como los tacos, es muy popular, pero para gustar debe estar recién hecho y calientito, ¿WTF?

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