Buena mala leche

Mientras esperamos la edición alternativa de El bar, la nueva película de Alex de la Iglesia (un thriller de intriga) recién estrenada en el Festival de Cine de Málaga, España, ya ha pasado más de un año y el proyecto que gritó El Santito a los cuatro vientos en el que se involucró el también realizador de Las brujas de Zugarramurdi, para que Rudy Guzmán el único, inimitable e insustituible Santo, el enmascarado de plata, tuviera su película al lado de los héroes de Marvel, no tiene para cuando. Sin embargo, El Santito estudia mientras la posibilidad de hacer una cinta de título por demás extraño: Mr. Bean en México.

Cargado de años, lleno de arrugas y sintiéndose viejo, mucho más viejo que en El último desafío, el ex gobernator, Arnold Schwarzenegger regresa en Una historia de venganza. La ficción es la de un padre que toma venganza contra un controlador de un aeropuerto, responsable de fallecimiento de la esposa e hija de Terminator. Arnold, a pesar de que hace una interpretación muy distinta a lo que nos tiene acostumbrados en el terreno de los catorrazos, tiene que luchar casi contra el director de la cinta, Elliot Lester (el de Sleepwalker) que parece que dirige en piloto automático.

Dicen que se estrenará en septiembre pero es casi un hecho que tenga su alfombra negra adelantada en Tepito (que, según Epigmenio Ibarra, defensor de Emilia Urquiza Pérez, es Disneylandia, en esa vacilada que es Ingobernable). Se trata de Blade Runner 2049, con una trama que arranca 49 años después del filme de culto: un nuevo Blade Runner marca K (Ryan Gosling) va en busca del Deckard viejo y oxidado (Harrison Ford) que parece que se lo ha tragado la tierra, mientras en la tierra impera un caos cybergpunk de la rechingada. El director es Denis Villenueve, el de La Llegada.

En nuestro México lindo y que miedo, donde a Joaquín Guzmán Loera no se le puede decir cinematográficamente El Chapo Guzmán, sino El Capo o El Chema; y Amado Carrillo, El señor de los cielos, no pude demandar desde el infierno a los responsables de la bochornosa serie que le hicieron, alguien que por el momento prefiere el anonimato, está filmando lo inimaginable: una serie que llevará por título El Escape de Javier Duarte. El director advierte que se hablará sin tapujos de las huellas borradas por el PRI en conspiración con el PAN, PRD, MORENA y el VERDE para que Javidú se la pase como pachá. Tiemblan en la serie dinosaurios implicados en cubrir la fuga, mientras el servicio de inteligencia se tambalea al no poder atrapar a otros gobernadores en fuga.

Si Prometheus resultó no solo una buena película sino un magnifico negocio de recuperación del mito de Alien, ¿por qué no hacer la secuela de la, a su vez, precuela de Alien? Por eso Ridley Scott les pide a los bucaneros establecidos y de ocasión una buena alfombra negra para ya, con el protagonista de la cinta (un sintético sobreviviente escogido —Michael Fassbender—) de lo que quedó de la expedición del Prometheus, en un planeta hostil hasta donde se ha colado incluso un mexicano (Demián Bichir) con quien sabe qué intensiones.

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