La Ley de Transición Energética (LTE) es parte fundamental de la reforma constitucional en materia energética aprobada el año pasado y que dio lugar a 21 leyes secundarias. La LTE a la que se le llamó “el paquete verde”, debió haberse aprobado junto con las demás como quedó establecido en el Artículo 17 transitorio de la misma reforma.

En diciembre del año pasado, finalmente fue discutida y aprobada por amplio margen en la H. Cámara de Diputados (HCD) el 15 del mismo mes; ese mismo día, se envió a la H. Cámara de Senadores (HCS) para su discusión y aprobación. La Comisión Permanente de la HCS turnó la iniciativa a la Comisión de Energía esa misma semana y desde entonces a la fecha se mantiene detenida sin una explicación lógica.

En la primera semana de diciembre de este año, se llevará a cabo en París la 21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 21), donde todos los Estados miembro confirmarán sus compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Asistirá el Presidente de la República y muy probablemente los senadores responsables de la Comisión de Energía y que hasta hoy no han aprobado la LTE.

Sería muy lamentable y yo diría hasta absurda la presencia del presidente Enrique Peña Nieto en la cumbre ambiental sin la aprobación de la LTE; pero igual lo será si —como algunos senadores pretenden—, la aprueban con cambios que reduzcan su eficacia.

México ha establecido una meta importante de reducir estas emisiones en 30% al 2020 y ha comprometido en las reuniones intermedias de la COP que para el 2024, 35% de generación de electricidad se hará con energías renovables.

La LTE fue aprobada con un amplio consenso pero además, cuenta con la aprobación de fundaciones y asociaciones vinculadas al combate al Cambio Climático y con la mayoría de agrupaciones empresariales como el CCE, Coparmex, Cemex, Cespedes, AMDEE, ANES, Asolmex, entre otras. En realidad la presión en contra de su aprobación está en este momento solo en la Cámara Nacional de la Industria del Acero (Canacero). Los acereros son grandes usuarios del gas natural y creen que el precio tan bajo que tiene en este momento va a mantenerse en el futuro.

Algunos empresarios, al igual que directivos de la CFE, afirman que con la sustitución de combustóleo por gas natural con plantas de ciclo combinado de generación eléctrica (CCGT), se alcanzaría la meta de reducción de emisiones; esto no es cierto porque se requiere además de esto, de una matriz sólida de generación de electricidad a través de energías renovables.

Apostar solo al gas natural como combustible más limpio sin acceder a energías renovables es un grave error de política energética. La CFE y la Canacero impulsan solo proyectos a gas natural por el bajo precio del energético en este momento. Pero ¿Qué pasará cuando los precios del gas natural se incrementen como seguramente sucederá?, México estará sujeto a una dependencia de los Estados Unidos por la construcción de los grandes gasoductos que transportarán el gas desde Texas y llevarán a la quiebra a la industria del acero.

La Ley de Transición Energética es una iniciativa muy noble y de gran beneficio para México. Somos uno de los países de mayor riqueza en potencial solar, eólico y geotérmico. La India va a anunciar la instalación de 100GW (giga-watt) de potencia en energía solar, China está instalando 1GW cada mes, Alemania instaló 21 GW en solo tres años; nosotros, que nos encontramos en la franja del planeta de mejor irradiación solar, solo contamos con 0.052 GW de potencia instalada.

El empleo de energías renovables en todo el país, además de los grandes beneficios para mejorar la calidad del aire que respiramos y el combate frontal al Cambio Climático, generará miles de empleos y una derrama económica sin precedente. Hacemos nuevamente un llamado a los senadores, para que aprueben la importante y trascendente iniciativa de Ley de Transición Energética.

twitter: @JL_Luege

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