Sin duda la actual contienda por la presidencia de Estados Unidos es la que más ha llamado la atención de los mexicanos y del planeta entero, no sólo por el desarrollo de la tecnología de la comunicación que la permitido una mayor penetración de los medios en el público, sino porque por primera vez, en el país más poderoso del mundo, que es nuestro vecino, no sólo es candidata una mujer a la presidencia, sino que es frente a uno de los candidatos republicanos que ha manifestado más odio hacia los mexicanos y nosotros hacia un candidato republicano.
Hace unos meses muchos creíamos que la postulación de Donald Trump era una vacilada del empresario, más conocido en México como el dueño del concurso Miss Universo, nunca pensamos que su partido el Republicano lo fuera a postular, no nos equivocamos, ahora en su partido muchos están arrepentidos de haberlo postulado, al grado de ventilarse la posibilidad de sustituirlo por su baja estatura política como candidato y aspirante a ocupar la presidencia de su país.
Después del video en el que Trump expresa su filosofía hacia las mujeres y una vez expuestas las molestias de sus propios correligionarios de partido, el segundo debate para Hillary Clinton fue prácticamente un paseo dominical, salvo con algunas molestias típicas de los días de campo, claramente se pudo observar su estrategia de dejar que Trump mostrara sus bajezas y torpezas.
Coincido con quienes piensan que Trump tiene una visión del mundo muy provinciana y poco sofisticada, reducida y polarizada, con esas características no se puede gobernar al país más poderoso, de ahí que ni en su partido lo quieran y amplios sectores de la sociedad norteamericana.
En cambio vimos a una candidata elegante, seria y mesurada, no obstante que su contrincante sólo ocupó su oportunidad para atacarla sin dar al electorado estadounidense un poco de luz cuando menos de lo que debieran significar para él y su equipo de trabajo, de manera seria y contundente algunos de los tópicos abordados en este segundo debate.
En contraparte, Hillary pudo demostrar una vez más que es una mujer de Estado, con un firme liderazgo y sobre todo conocedora y experimentada mujer que ha viajado por todo el mundo y se ha sentado con los líderes de muchas naciones a discutir temas de trascendencia histórica y global.
Sin lugar a dudas, Hillary es una mujer profundamente comprometida no sólo con su nación, sino con su época, su género, su generación y su momento; una mujer que es capaz de aceptar la responsabilidad de sus errores ante millones de espectadores, sin lugar a dudas es capaz de todo y contra todo.
Mientras Trump llama y propicia la polémica, Hillary consensua y busca la unidad; mientras Trump vocifera sin ton ni son, Hillary no sólo no responde, sino que busca argumentar, explicar y exponer, a la vez que educa y sensibiliza a su público.
Trump sólo sabe hablar y no articular un discurso o una postura política, Hillary en cambio muestra la experiencia que la ha dado ser la esposa del Presidente, Senadora y Secretaria de Estado, tiene toda una vida política que poner al servicio de su país y del mundo.
Sin embargo, en este segundo debate pareciera que Trump tuvo mejor desempeño, pero también fue claro que Hillary lo dejó explayarse, o más bien exhibirse, como dejando todo el ataque para el último debate, mostrando gran capacidad de resistencia, tolerancia y temple, al no reaccionar a las críticas que le hizo a su esposo el candidato copetudo.
Sin duda alguna Hillary ha demostrado que Estados Unidos, al igual que México, puede ya ser gobernado por una mujer, una mujer que el propio Trump describió en el pasado debate, en una postura de un hombre derrotado y reconociendo la grandeza de su oponente, cómo una mujer que no se rinde.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses