¿Se imagina al dueño de los Raiders contradiciendo al comisionado de la NFL? Imagi-ne que el mismo día que anuncia el juego de temporada regular en México para el 21 de noviembre próximo entre Oakland y Houston, el propietario de los malosos hubiera salido a declarar algo así: “Nosotros no estamos en condiciones de hacer ese desplazamiento porque según nuestro entrenador en jefe puede afectar el rendimiento de toda la temporada”.

¿Imposible, verdad?. Pues es la moneda de cambio en la Liga MX. Pese a sus grandes dotes políticas y conciliadoras, el presidente de la FMF queda vulnerable cuando tiene que declarar ante la rebeldía de Jorge Vergara, propietario del Guadalajara, quien se niega a prestar a varios jugadores para el partido amistoso de la Selección contra Senegal al no tratarse de una fecha FIFA.

Y ahí está el hombre más “fuerte” de la organización, haciendo malabares con el lenguaje para salir al paso sin mortificar al propietario. Decio se esfuerza en darle carnita a la prensa que le cuestiona, pero lo hace con toda delicadeza para no molestar de más al dueño de Chivas. Dice que apelarán a la conciliación. Y entonces Decio, o en su momento Justino o Perengano, pierden peso hacia el exterior.

Como reguladores del negocio y organizadores deportivos quedan expuestos ante el entorno futbolero. Y todos pierden credibilidad. Y el crecimiento en todos los sentidos se limita. Si Vergara no está técnicamente obligado a ceder jugadores, ¿por qué no se echan un telefonazo para no exhibirse en público?

Si el juego contra Senegal sólo sirve para generar los necesarios recursos y observar a uno que otro jugador, que se hable con toda apertura. La taquilla no se afecta y tampoco queda expuesto el técnico tratando de defender lo indefendible a la hora de defender una lista de segunda categoría con toda evidencia. Dice Vergara que “los pactos no son de sangre”. Deberían ser mucho más que eso. La palabra también ha perdido un valor alarmante en todos los ámbitos en México, y por eso, papelito habla. En fin, si Chivas no tuviera problemas de descenso y no tuvieran convocados para este juego de mole, Vergara se estaría quejando de eso.

¿De verdad es tan complicado que velen por el interés común como por el particular? Tendrían más dinero y un mejor nivel de espec-táculo. Sin solidaridad incondicional, las sociedades no van a ningún lado. Está probadísimo. Y mientras, Decio ensayando sinónimos para no ser tocado bajo fuego cruzado.

Twitter: @Javier_Alarcon_

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