Primera prueba superada. Ante su gente, la Selección Mexicana pasó con calificación perfecta su primer duelo eliminatorio tras vencer 3-0 a El Salvador. La inteligencia y dominio llevaron a los nuestros a dibujar un trazado perfecto sobre la cancha del Estadio Azteca; sin embargo, me parece que el marcador pudo ser aún más abultado.

Pero ahora es momento de darle la vuelta a la página, ya que este día, los dirigidos por Juan Carlos Osorio se meterán a la auténtica cueva del lobo.

Y es que, el presente de algunos equipos de la Concacaf ha cambiado radicalmente, es un hecho y hay que decirlo sin temor alguno, que México perdió durante la pasada eliminatoria su dominio, aunado a que algunos países lograron dar pasos agigantados en cuanto a su crecimiento futbolístico se refiere.

Hoy en día, por poner el ejemplo del encuentro que nos atañe, pisar la cancha en San Pedro Sula resulta una tarea compleja. En Honduras impera un viejo recelo contra los mexicanos, un sentimiento de odio hacia nuestra Selección, un pensamiento que ha desencadenado una rivalidad pocas veces vista, y que en mi punto de vista, definitivamente no debería ser así.

Los motes de México como ‘El Grande de la Concacaf’, o etiquetarlo como “el mejor de la zona”, han generado actitudes negativas por parte de aquellos que piensan que esas épocas de amplio y glorioso dominio mexicano llegaron a su fin hace ya algún tiempo.

Es por ello que el famoso ‘Aztecazo’ efectuado por parte de Honduras hace dos años, los motivó a hacer cada vez más grande y dicha confrontación.

Para nadie es novedad que al entrar en territorio catracho, la hostilidad crece y los insultos florecen, no sólo una vez que el balón comienza a rodar, sino desde antes, en las calles, a las afueras del hotel de concentración y con todo aquél que muestre signo de ser mexicano. Así es, y así ha sido por mucho tiempo.

México deberá pelear contra la adversidad que conlleva visitar este suelo, con una actitud completamente distinta a la que mostró en el pasado, y con la encomienda de sacar el mejor resultado posible.

Nuestra Selección Nacional deberá apelar al buen futbol, a la sapiencia, a la contundencia y al orden, a no dejarse llevar por lo que se escuche desde las tribunas, a no permitir que el rival lo desespere, y a evitar cualquier exceso de fuerza que lo pueda llevar a perder algún hombre y complicar su situación.

En cuanto a números, son 32 los enfrentamientos entre ambos combinados, mismos que favorecen a México con 19 victorias, siete empates y sólo seis tropiezos.

La verdadera primera prueba de fuego en la era de Juan Carlos Osorio arranca aquí, en San Pedro Sula, por lo que este partido será un extraordinario parámetro para nuestro equipo.

Twitter: @InesSainzG

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