Frecuentemente hemos dicho en este espacio que los naturalizados y los extranjeros atrofian el desarrollo de los jóvenes futbolistas mexicanos y que debería bajarse el número de fuereños en la Primera División.

El propio Juan Carlos Osorio dijo hace unos días que el problema, que ya le está tocando ahora, estallará irremediablemente en las manos del siguiente entrenador de la Selección Nacional, que dispondrá de un menor universo de jugadores nativos para ser convocados.

Sebastián Luri, quien fuera vicepresidente de Tigres y Jaguares, elaboró un estudio muy completo sobre la actualidad del futbol mexicano.

El tratado es revelador, porque asegura que la cada vez mayor presencia de extranjeros y naturalizados no necesariamente impide el desarrollo de los futbolistas nacidos en México.

Explicó: “Sinceramente creo que las áreas de oportunidad para que generemos más jugadores en México no pasan por el cupo de extranjeros. Siempre nos reciclamos en el mismo análisis y por eso, no sólo no reconocemos los avances alcanzados en los últimos años, sino que diagnosticamos mal los problemas para poder atacarlos de forma directa.

El sistema de competencia es un ‘embudo’ a partir de que los jugadores cumplen 20 años. Ahí se produce la gran disfunción en su desarrollo.

Tenemos mucho camino por recorrer en la capacitación de formadores. Hemos avanzado, pero todavía hay que mejorar mucho en los procesos de capacitación y selección de entrenadores de fuerzas básicas”.

En consonancia con esa urgencia de mejores formadores en México, la reflexión más sobresaliente de Luri tiene que ver con España. Ese país siempre jugó un papel menor a nivel selección, pero después de la Ley Bosman, cuando su Liga se llenó de extranjeros, ganó como nunca en su historia: dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica 2010. ¿Cómo le hicieron los españoles?, le pregunté. “Con una revolución en la formación, vía la profesionalización de sus entrenadores, encontrando una filosofía que parecía contracultural a su historia y con un muy buen sistema de competencia. La cantidad de extranjeros no fue un impedimento para el crecimiento y la consolidación del jugador local”, respondió el argentino.

Luri, brazo derecho de Jorge Valdano en distintos proyectos en el continente americano, también sugiere que los equipos de Primera tengan filiales en la Segunda División y que se aumente el número de ascensos y descensos. “Esto acercaría el nivel entre ellas y permitiría que al ser el ascenso de categoría una posibilidad más viable, se abrieran en la Liga de Ascenso más oportunidades para los jóvenes”.

No es mala idea. Hoy por hoy, la urgencia de sacar puntos en los torneos cortos con sólo un ascenso al año hace que los entrenadores prefieran alinear a experimentados nacionales o extranjeros, haciendo a un lado a jóvenes prospectos. Todo esto queda para el análisis.

heribertomurrieta65@gmail.com

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