Torrente, el primer técnico en perder su puesto en el Apertura 2017. Todo lo indica así. La decisión está tomada y es cuestión de tiempo para que lo hagan oficial. El estratega agotó su ya de por sí casi inexistente margen de error y el Grupo Pachuca ya busca a su sustituto.

Lejos de las mejores formas futbolísticas, hace tiempo que al entrenador argentino se le acabó el saldo de la cábala de la “camisa ganadora”, la que usó desde su llegada para relevar a Luis Fernando Tena, y que le duró hasta las semifinales de hace dos torneos.

Luego de que varias veces hablaran, tanto Jesús Martínez Murguía y Jesús Martínez Patiño con los jugadores para que cerraran filas con el estratega, la paciencia y la fe al proyecto de quien fuera auxiliar técnico por 10 años de Bielsa, terminaron.

Su discurso está agotado. Los jugadores no compran ya su diálogo y la afición se cansó de ver nada en el campo de juego.

La decisión se habría tomado, me cuenta alguien cercano a la directiva, luego del partido donde el León tuvo que venir de atrás para vencer con un hombre de más a los Alebrijes, por la Copa MX.

Comenzaron la búsqueda y ratificaron la decisión luego de ver cómo el León perdió su segundo partido consecutivo en la Liga, además de otra vez permitir tres goles.

No ha de ser nada sencillo volver a cortar a otro entrenador y más por las políticas que guarda el grupo. Cesar otro técnico es asumir otro error, otra equivocación. Sin embargo, y a pesar de tener que arriesgar con otra apuesta para la dirección técnica, peor sería no hacer nada, dejar a Torrente, porque la continuidad se convertiría en continuismo.

Al León no le ha ido bien en los últimos torneos, aunque matemáticamente ha tenido mejores pasajes, se ha equivocado en las contrataciones, Los números no le dan.

Si bien es cierto que no hay recetas mágicas para el éxito, también es cierto que apelar a la improvisación y al mínimo desarrollo de estructura tampoco es una buena señal.

Cierto, al León le urge un entrenador, pero también le urge estructura, desarrollar internamente y mejorar su organización. Comenzar a crecer y no a sólo hincharse. Es menos complicado manejar una crisis cuando hay una buena y sólida estructura (propia y no la de Pachuca), que cuando no la hay.

Buena suerte Torrente, también para el León, la va a necesitar.

futbol@eluniversal.com.mx

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