En días pasados, Morena, el Movimiento de Regeneración Nacional, propiedad de López Obrador, un partido político hoy cuestionado por la recepción ilícita de recursos obtenidos por sus militantes para financiar supuestamente campañas electorales, ¿Regeneración Nacional…?, dio a conocer un comunicado mediante el cual exhorta a apoyar a Nicolás Maduro, el dictador de Venezuela, un tirano que insiste en ejecutar procedimientos dictatoriales para impedir a toda costa la convocatoria de un referendo revocatorio de su mandato, muy a pesar del hambre padecida por una inmensa mayoría de los hermanos venezolanos sometidos por el poder corrupto de los militares, de las pavorosas tasas de inflación que bien podrían rebasar este año el dos mil por ciento, sin medicamentos, y del disparo de la delincuencia en una tiranía, en donde por ley todos deben ser felices y amorosos.

El comunicado contiene los siguientes términos: “el gobierno bolivariano de Venezuela, padece el asedio conspirativo de la oposición, de la derecha, apoyada por la conducta intervencionista del gobierno de Washington, y solapada, con mentiras, por medios de comunicación alineados, incluidos CNN en español, Televisa y TV azteca.”

Se trata de la misma escuela castrista consistente en la creación de un poderoso enemigo exterior para distraer la atención de la patética realidad social. Todos unidos en contra de un enemigo inexistente… Cualquiera podía comprar puros y ron cubano en Europa, América Latina y donde fuera, menos en Estados Unidos, el supuesto causante de todos los males. Gran discurso engaña bobos…

“Tal situación —continúa Morena de la Ciudad de México— contrasta con los postulados históricos, por cierto abandonados, de la política exterior de México, en el sentido de la autodeterminación de los pueblos, la solución pacífica de las controversias, y la no intervención en asuntos internos de otros países…”. Lo anterior “nos trae a la memoria el nefasto intervencionismo de Estados Unidos en nuestros países, ahora con perfil de zozobra soberana en México por la pérdida-entrega del petróleo, el gas, la generación eléctrica, el oro, la plata, el cobre, a las empresas privadas nacionales y extranjeras, el Comité Ejecutivo de Morena en el Distrito Federal, expresa su solidaridad con el pueblo venezolano y con su gobierno democráticamente electo, al tiempo que repudiamos la simulación y el engaño con que se pretende descalificar un proceso histórico de justicia social y reivindicación popular”.

Es evidente que los altos directivos de Morena darían marcha atrás a las reformas estructurales y volverían a burocratizar la energía ignorando cómo la expropiación petrolera suicida de Cárdenas prohijó la corrupción, hizo de Pemex una cueva de bandidos encabezada por su sindicato y convirtió a un país petrolero en importador temerario de gasolina y gas, además de la catastrófica quiebra de la industria petroquímica estatal. Pemex es la única compañía petrolera quebrada de punta a punta en el mundo entero y Morena insiste en negar la realidad histórica en defensa de un concepto anacrónico de soberanía extraído del basurero de la historia de las teorías económicas. La burocracia quebró a Pemex y Morena insiste en la reinstalación de la burocracia…

La embajada venezolana difundió fotografías los pasados 26 y 27 de mayo de un evento de esta semana, en el que se veía a la embajadora María de Lourdes Urbaneja Durán sentada a la mesa con el logotipo de Morena en el fondo. “Celebramos el acompañamiento del partido de Morena, su solidaridad y apoyo irrestricto a la revolución bolivariana. Viva México, viva Venezuela”, tuiteó la embajada, para agradecer el apoyo de Morena. Acto seguido borró los mensajes cuando los “morenistas” se percataron del peligro de haberse quitado momentáneamente la máscara…

Todo lo anteriormente expuesto en relación a la defensa de Morena de un régimen dictatorial como el de Chávez y Maduro, sólo sostenido por el poder de las bayonetas militares, caza con el discurso de López Obrador cuando sostuvo textualmente: “Para nosotros, el comandante Fidel Castro es un luchador social y político de grandes dimensiones, porque supo conducir a su pueblo y alcanzar la auténtica, la verdadera independencia a pesar de la adversidad. Se mantuvo a Cuba durante décadas como una nación libre e independiente soberana”.

Fidel fue autoritario, un tirano represor, asesino en nombre de la “libertad y del progreso.” Fidel persiguió, desapareció opositores, mutiló, torturó, espió, fusiló después de juicios sumarísimos sin posibilidades de defensa a quien se negara a aceptar la adopción de una nueva dictadura, ésta vez de izquierda, en la Cuba que algún día deberá ser libre. Aplastó furioso contra el piso, con su odiosa bota militar, la menor simiente democrática en Cuba y todavía intentó exportar el sistema represivo e intolerante a América y a África. Castro creó una policía secreta para purgar al sistema de “agentes nocivos que pensaran peligroso…” El sátrapa caribeño violó y desconoció cualquier principio en materia de derechos humanos, impartió “justicia” según sus estados de ánimo, asfixió la libertad de expresión en las cárceles clandestinas, extinguió la de cátedra en los paredones, canceló el derecho de imprenta, el de libre tránsito, el de empleo, el de asociación, así como sofocó y suprimió con las armas o las sogas en las manos las más elementales garantías individuales. ¿Fidel era de izquierda? ¿Eso es la izquierda? ¿A ese autócrata totalitario lo llama AMLO un “gigante” y todavía lo comparó con Mandela?

En otra ocasión declaró: “Tenemos un hijo que se llama Jesús Ernesto, por Jesucristo y Ernesto por Ernesto Che Guevara”. Por supuesto que AMLO se refería al incendiario castrista, un marxista convencido de la estimulación de movimientos armados para llegar a construir la Cuba de hoy, tal y como consta en su libro  La guerra de guerrillas  (1960). Si partimos del supuesto que en Morena no se mueve una hoja sin la aprobación previa de López Obrador, no debe sorprendernos el aplauso y reconocimiento concedido a Maburro, perdón, Maduro…

¿Qué tal los gobiernos socialistas de América Latina, entre ellos los Kirchner, Lula Da Silva de Brasil, Rafael Correa de Ecuador, los Castro en Cuba, Daniel Ortega y señora, en Nicaragua? El socialismo latinoamericano enriquece a sus cabezas, o mejor dicho cabecillas, en tanto sus pueblos engañados y estafados empiezan a despertar y a pedir la cárcel para sus “líderes mesiánicos salvadores…”.

Nadie podría llamarse engañado si el día de mañana Morena llega a controlar el Congreso de la Unión y nos hundimos en un peligrosísimo proceso de venezonalización y cubanización. Las evidencias marxistas suicidas están a la vista para quien quiera verlas.

¡Cuánta razón tenía Abraham Lincoln cuando declaró aquello de “Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otros sin su consentimiento”.

fmartinmoreno@yahoo.com

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