Por segunda ocasión en el año, el director de Etcétera, Marco Levario Turcott, se ocupa de mi trabajo con un mismo argumento: soy un fiscal que despacha en la radio y la prensa. Escribió ayer:

“Hoy durante la mañana, Ciro Gómez Leyva, fiscal de la radio, emitió su veredicto. Lo imagino con el birrete en la cabeza, azotando el martillo implacable y su voz con garraspera (quizá Levario Turcott quiso decir: carraspera). Esta fue su sentencia, escrita en EL UNIVERSAL y amplificada en el cuadrante con el título Jesús Ortega vs. Sanjuana Martínez, una atrocidad:

“‘Si las cosas son como las cuentan Sanjuana y sus representantes, estamos ante un caso grave de desvergüenza procesal, judicial, orientada a favorecer a Jesús Ortega’. La frase es tan errática como muchas otras empleadas por el juez Gómez Leyva, por ejemplo cuando promovió la causa del PRI en las elecciones federales de 2012 (resuelve, objetivo, Levario Turcott). Es decir, con la condicionante: ‘Si las cosas son…’ y la visión parcial de no considerar la opinión de la otra parte; como fiscal en los medios, el columnista transgrede el debido proceso periodístico que implica registrar la opinión de los actores involucrados y verificar sus dichos.

“Como un auténtico juez, Ciro Gómez Leyva no entra al fondo del asunto, sino al proceso que se siguió luego de la demanda que, por daño moral, emprendió Jesús Ortega contra quien lo difamó (enjuicia, con pulcritud técnica, Levario Turcott). No opinó sobre el contenido de los materiales que el portal sinembargo.mx difundió en noviembre y diciembre de 2013. Es curioso e irónico: Gómez Leyva reserva su opinión sobre algo que podría competerle —si es que no ha dejado de ser del todo periodista— como es opinar sobre la solidez de los contenidos que implicaron al político del PRD en la trata de personas, así como valorar sobre la ética y el profesionalismo con el que se construyeron las piezas construidas por la señora Martínez. Ese no es su tema, sino que como juez, entra al aspecto procesal (algo anecdótico, supongo, para Levario Turcott). Y es raro: en innumerables ocasiones, incluso mediando litigios jurídicos, Gómez Leyva, siempre había opinado sobre los contenidos (supongo que, para Levario Turcott, debería escribir siempre textos idénticos). Por ejemplo, acerca de aquellos que implicaron a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre en la trata de personas. En aquella ocasión, el fiscal fue severo con la inconsistencia periodística de Carmen Aristegui y un asiduo defensor de la inocencia de este militante del PRI (aquí sí miente Levario Turcott: nunca dije que fuera inocente, afirmo que fue objeto de una infamia editorial, que no es lo mismo, tan, tan). Ahora su enfoque es otro, y lo hace implacable, con el birrete a la cabeza y la voz con garraspera”.

¿Garraspera, otra vez? Quizá sea andaluz el autor. O canario. O yo no entiendo nada. En fin, tomaré agua con limón sin hielo.

MENOS DE 140. ¿La procuradora Arely Gómez conocía completo el mensaje del director Tomás Zerón? ¿Lo avala al cien?

gomezleyvaciro@gmail.com

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