Hace tiempo no veía unos ojos rojísimos como los de Epifanio. Ojos que no saben cómo escapar de la desdicha. Hace tiempo, también, no escuchaba que alguien, diría Octavio Paz, le devolviera con esa naturalidad la transparencia a las palabras.

Epifanio Álvarez, hombre recio que cuenta haber cruzado 10 veces el Río Bravo para sacar adelante a su familia, es el padre de Jorge Álvarez Nava, uno de los 43 jóvenes de Ayotzinapa. No ha dormido en las cuatro noches de plantón en una banqueta en la entrada de Polanco. No ha sido el frío, es el ruido, dice. Y la pena. Hay que mirarlo a los ojos para creer que cree que el gobierno está jugando con ellos. No importa si es cierto: él y los padres creen que les están mintiendo.

“Han sido varios golpes para nosotros por lo que han dicho. Después de que desaparecieron nuestros hijos, dijeron que están muertos y no es cierto. Son golpes que nos destrozan el alma. Dijeron que 28 estaban en fosas, ese fue un golpe durísimo y no era cierto. Después dijeron de la quemazón en el basurero y no es cierto”.

Esta es una resistencia al cien. A 14 meses de la tragedia, familiares de cada uno de los 43 vino a la Ciudad de México. En el pase de lista, no hay ausentes. Catorce meses. Su luz hoy son los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En ellos quieren creer. Con ellos quieren salir a buscar a los hijos. A eso vinieron a Polanco, a que el gobierno les informe cuándo comenzará la búsqueda encabezada por los expertos. Porque ellos quieren creer que sus hijos están vivos y el gobierno no coopera para encontrarlos. No importa si es cierto, lo creen.

“Como padres, no podemos irnos a casa y dejar a nuestros hijos abandonados a su suerte. Sabemos que sí afectamos a la gente cuando hacemos una marcha o tapamos calles. Yo mismo le he dicho al gobierno que eso no es lo nuestro, pero que la sociedad entienda que no podemos regresarnos a trabajar sin saber mi hijo en dónde está. Que nos disculpen”.

Algo ocurre entonces. Los 43 padres se reúnen en una misma sesión con la procuradora Arely Gómez y el subprocurador Eber Betanzos, con los subsecretarios de Gobernación Luis Miranda y Roberto Campa, con los expertos. Prevalece el prodigio de la promesa. Creo que estos padres no quieren pelear porque sí y el gobierno no quiere cargarles un gramo extra de pena. Aceptan creer que el gobierno sí trabajará de la mano de los expertos. Esta mañana levantarán las tiendas de campaña y regresarán a Guerrero. El jueves 10 los irá a visitar el secretario Osorio Chong. Creen que al menos no jugaron con ellos.

“Estamos muertos en vida por todo lo que nos está pasando. No tenemos descanso y nuestras familias están esperando desesperadamente noticias de nuestros hijos”.

Quizá el miércoles, con el alma quieta y sin el ruido de los coches, Epifanio pueda dormir. Una fibra se tocó. Por los rojísimos ojos de Epifanio, ojalá así haya sido.

MENOS DE 140. Para el registro: la virtual cancelación del Hoy no Circula devolvió 400 mil autos a las calles del Valle de México: Miguel Ángel Mancera.

gomezleyvaciro@gmail.com

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