Duro, Manlio Fabio Beltrones abrió hace unos días lo que se está convirtiendo en la más temprana y enconada disputa por la Presidencia de la República de que tengamos memoria en un país de encarnizadas contiendas presidenciales.

El líder del PRI llamó abusivo, tramposo, al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Este le respondió con un eres un mafioso y además miedoso. El PAN se subió al ring. Todos comenzaron a tirar golpes.

Ricardo Anaya, líder del PAN, había guardado prudente silencio, pero ayer disparó a discreción. Su primer objetivo fue López Obrador. Lo tildó de cobarde por “sus palabras machistas y misóginas” contra Margarita Zavala. Duro.

“Y se lo quiero reclamar de frente, porque sólo un macho afirma que una mujer es extensión de su marido”, me dijo Anaya. “Lo reto a debatir conmigo este y muchos otros temas políticos, aunque sé que por sus argumentos simplistas e ideas cortas, tiene pánico de debatir. Inventará que soy parte de la mafia controlada por Salinas y rehuirá el debate. Es un cobarde”.

Anaya traía parque. Enfiló contra el PRI, el presidente Peña Nieto y el “pésimo gobierno”. Luego destacó las bondades democráticas de la segunda vuelta electoral y la importancia de reformar la ley para que así, con segunda vuelta, se definan las presidenciales del 18.

Turno entonces para el coordinador de los diputados del PRI, César Camacho, quien, con un seco a la cabeza, fulminó la segunda vuelta, “porque a los priístas no nos gusta y no daremos nuestros votos, sin los que es imposible que transite esa propuesta”. A cambio, invitó al PAN a reformar entre febrero y abril las leyes secundarias para que, quizá, los partidos puedan volver a comprar tiempo en radio y televisión, como hacían antes de la controvertida reforma de 2007.

Sabes que el PAN rechazará eso, ya lo dijeron, le recordé a César Camacho. Pues que lo analicen bien, me respondió, porque el PRI puede ejercer su mayoría, su 51% con el Verde y Nueva Alianza. Duro.

PRI y PAN se pintan de guerra y despliegan estrategias. Al PRD nadie lo pela. Y López Obrador, supongo, debe estarse carcajeando y celebrando que, como en 2004-2006, lo pongan en el centro del campo de batalla y busquen pelearse con él.

Cobardes, tramposos, mafiosos. Demasiado encono. Demasiado temprano.

MENOS DE 140. Mucho ruido, pero los estudios marcan que el aumento al salario mínimo será de 4.1%. Quedará lejísimos de los anhelados 85 pesos.

gomezleyvaciro@gmail.com

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