De entre las varias paradojas en el cerrojazo del breve reinado de Miguel El Piojo Herrera en la Selección, quedará la de los ratings de televisión del que acabó siendo su último partido, el 3-1 a Jamaica en la final de la Copa Oro.

Paradoja, porque al dar rienda suelta a sus instintos agresivos, el propio Piojo borró la que pudo ser la nota del lunes-martes en los terrenos del espectáculo-futbol: Televisa le había asestado a TV Azteca su mayor derrota en un largo rato. A la TV Azteca de Christian Martinoli y Luis García.

Los ratings de Ibope en televisión abierta registran que Televisa superó por dos puntos a Azteca en el México-Costa Rica del domingo 19. Azteca se repuso el miércoles 22 y ganó por menos de medio punto en el calamitoso México-Panamá. Venía el duelo decisivo. Fue una paliza:

*Televisa marcó 19.1 puntos de rating; Azteca, 12.6

*De los televisores encendidos en México a la hora del juego, 31.5% lo seguían por Televisa; 20.7% por Azteca.

*En números absolutos, 4 millones 324 mil mexicanos vieron el encuentro contra Jamaica por Televisa; 2 millones 864 mil por Azteca.

Paradoja, porque en términos de resultados, en un campo como el del futbol, donde el resultado es rey, El Piojo llegó al aeropuerto de Filadelfia como campeón y Martinoli con una dura derrota a cuestas. Lo demás es historia. Ah, si alguien hubiera asesorado a Miguel, si alguien le hubiera informado sobre el marcador de la televisión… En fin. El futbol como desahogo de lo irracional. Simbólicamente, el entrenador tenía motivos para asumir que había aniquilado a Martinoli. En vez de eso fue a aniquilarlo físicamente.

Lo lamento. Gracias, Miguel, por las ilusiones y alegrías del Mundial de Brasil. Por, cómo promovía aquel anuncio de Coca-Cola, herrerizarnos un rato la piel. El problema fue que, y lo dijimos aquí el 23 de junio tras el primer incidente con Martinoli, pensaste que podías decir y hacer cualquier cosa siempre; que la vida te depararía un perpetuo aplauso del espectador por interpretar a un personaje autosatisfecho que mentaba madres como nadie: por ser un gran histrión.

No entendiste lo que bien dijo ayer en la radio nuestro editor David Aponte, que el horno no está para patanerías ni impunidades. Y perdiste. Feo. Lo lamento.

MENOS DE 140. Le ofrecieron aviones privados. “No, gracias”, dijo El Bronco, que esta mañana llegará en vuelo comercial para su cita en Los Pinos.

gomezleyvaciro@gmail.com

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