Del 12 al 14 de julio, se lleva a cabo en Japón una reunión ministerial sobre el futuro del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), en preparación a la reunión de Líderes del Mecanismo de Cooperación Asia Pacífico (APEC) a realizarse en noviembre próximo en Vietnam. La propuesta es que entonces un nuevo TPP11 sea aprobado.

¿Pero es éste viable? Un TPP11 tal como se negoció el TPP12 no podría implementarse aun cuando los 11 restantes lo ratificaran. La razón es que la cláusula de entrada en vigor (artículo 30.5) exige que “al menos seis de los signatarios originales, representen al menos 85% de su PIB combinado (…) en 2013.” Entonces tal como está hoy resulta imposible cumplir con dicha disposición pues sólo EU representa 60% del PIB regional.

El TPP, sin embargo, sí prevé modificaciones (artículo 30.2). Sin embargo, ajustar la cláusula anterior podría abrir la posibilidad de cambiar otras disposiciones puesto que el TPP12 se logró teniendo a EU y el acceso a su mercado como un factor central en el balance final de concesiones ofrecidas y obtenidas por los 12. Un TPP11 podría requerir rehacerlo todo pues la sombra de EU está presente en prácticamente todas las disciplinas y reglas del texto; modificarlo conllevaría, al menos, un trabajo legal titánico y prolongado, más allá de la próxima Cumbre de Líderes de APEC, pero tal vez el mayor reto sería lograr rebalancear disposiciones y concesiones entre los 11.

Se sabe que Australia, Japón y Nueva Zelanda buscan mantener el TPP sin cambios; tal como está les sirve. Para Perú y Chile, revivir el TPP12 podría ser una forma de atraer a nuevos mercados, lo que significa también ampliar el campo de aplicación de las reglas y disciplinas de nueva generación que requiere la producción global. Por su parte, Brunei, Canadá, Malasia, Singapur y Vietnam han expresado sus dudas sobre el valor que les puede ofrecer el TPP ya sin EU. Las concesiones de países como Vietnam o Malasia estuvieron influidas por el incentivo de acceder en condiciones preferenciales al mercado de EU. Por ejemplo, Vietnam aceptó disciplinas en materia laboral, ambiental, propiedad intelectual o empresas propiedad del Estado por su acceso al mercado de EU; sin éste, esas concesiones puede ser que ya no tengan tanto sentido.

En el caso específico de México, su participación en el TPP se debió, ante todo, al interés de defender su participación de mercado en EU que hoy ya está cerca de 14%. Asimismo, México lo consideró como una forma de asegurar que el contenido mexicano pudiera integrarse en las exportaciones de América del Norte a los socios del TPP, sobre todo en el Asia Pacífico, bajo el esquema de acumulación de origen. Un tercer objetivo, aunque más lejano, fue crear puentes para acceder a seis nuevos mercados en condiciones preferenciales, aun cuando éstos representan menos de 2% de su comercio global. Sin embargo, las concesiones que México ofreció a países como Australia, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur o Vietnam pueden ser menos atractivas a lo que fue el TPP original.

A todo lo anterior es preciso agregar que México está en un intenso y delicado proceso de modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que también podría incidir sobre sus posibilidades para mantenerse en el TPP11, lo que podría depender del balance que finalmente logre en su relación comercial con sus dos socios al norte, pero sobre todo con EU.

Cualquiera que sea el resultado de las discusiones sobre el futuro del TPP, lo que sí es cierto es que la reunión ministerial del TPP 11 y el objetivo de redefinirlo en la Cumbre de APEC son parte de los esfuerzos de todos los países por enviar un mensaje a EU, al mundo, a sus empresas e inversionistas de que el rumbo no ha cambiado y que en sus políticas de liberalización del comercio de bienes y servicios e inversión no habrá retrocesos como tampoco habrá reversa en el acercamiento entre los países de la Cuenca del Pacífico.

El mensaje es muy claro; mientras EU se aísla en su cruzada contra el libre comercio y busca proteger su mercado mediante el establecimiento de medidas de defensa comercial, el resto del mundo busca seguir construyendo las reglas para el comercio y las inversiones del Siglo 21. Sin duda, el TPP seguirá siendo prioridad y recibiendo la mayor atención en la agenda del comercio global.


Directora de LMMConsulting y profesora afiliada en la División de Estudios Internacionales del CIDE
Twitter: @luzmdelamora

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