Bajo cualquier lupa es claro que el PRI no ganó. En Edomex se vivió una elección de Estado sin precedente: dádivas, privilegios, compra de votos, despensas, tarjetas, láminas, gorras, camisetas, etc., fueron la constante durante el proceso electoral, así como miles de millones de recursos públicos y otros de capital privado de origen evidentemente dudoso. La cargada encabezada por funcionarios públicos y legisladores, el uso y abuso de programas sociales, así como las presiones gremiales fueron las herramientas utilizadas por el partido en el poder.

No pudo hacer otra cosa el viejo y decrépito dinosaurio de casi noventa años, porque adolece de fuerza vital, de esa fuerza que sólo puede proveerle la confianza y el respaldo de su militancia y de la ciudadanía. Su votación se desplomó y cayó en picada un 30% con respecto a la última elección, Alfredo del Mazo obtuvo el resultado más bajo en la historia de su instituto político en la entidad como causalidad y no por casualidad.

La militancia priísta está harta de llevar al poder a ladrones y corruptos, harta de ser dirigida por arribistas pragmáticos sin escrúpulos, a pesar del hartazgo, no sabe cómo actuar, qué decir o qué hacer, la sumisión es parte de su cultura porque eso les enseñaron que era la institucionalidad.

Afortunadamente, la ciudadanía una vez más dio muestras de grandeza y civilidad, le dijo a los del PRIAN en todos los tonos posibles que los repudia, que no la representan.

Ganó Delfina y ganó Morena, los números son contundentes, porque tuvieron más votos que ningún candidato y que ningún partido por sí solos. ¿Qué hubiera sido del PRI sin sus aliados, sin el uso de programas sociales y de funcionarios convertidos en operadores electorales, qué hubiera sido de él sin las amenazas, trampas y mañas?

Es indiscutible que Delfina y Morena le arrebataron al PAN el corredor azul y al PRI su histórico bastión, la realidad está a la vista, ocho de cada diez mexiquenses no votaron por Del Mazo ni por su partido. Más allá de los números, la elección del Edomex confirma que la principal fuerza política en el país hoy por hoy es Morena, prueba de ello, es que toda la fuerza y recursos del Estado se enfocaron a combatirlo, es para todos los partidos políticos el enemigo a vencer en el 2018, mientras que para la ciudadanía es una esperanza.

Mentira que “los pueblos tienen el gobierno que se merecen”, México no merece ni a los Duarte, ni a Padrés, ni a Yarringnton, ni a nadie de los que se han enriquecido a costa de la pobreza y falta de oportunidades de millones. Esa frase lapidaria no aplica para nuestro país y para ningún otro, porque ningún pueblo merece ser saqueado, traicionado y humillado por sus gobernantes.

Si el triunfo de Morena es contundente, tan contundente como la ilegitimidad de Alfredo del Mazo Maza y el Presidente de la República, de acuerdo a los índices de popularidad, el PRI hace mucho que perdió. Entonces, ¿quién es el gran perdedor?


Diputada federal y activista social.
@LaraPaola1

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