Hemos visto movimientos muy importantes para la natación de México. Independientemente del apoyo de la Conade a los atletas para eventos internacionales como el Campeonato Mundial de Hungría, el Campeonato Mundial Junior de Indianápolis y la Universiada Mundial de Taipéi, en el área administrativa se ha comenzado a abrir un panorama importante para este deporte.

A pesar de falta del órgano que debe regular a la gente que busca elegirse en los diferentes consejos directivos de la natación mexicana (el Consejo de Vigilancia Electoral Deportiva, COVED), es satisfactorio saber que han empezado los cambios en la dirigencia de este deporte.

Por ejemplo, en Veracruz, un estado en el que existen magníficas instalaciones, sobre todo después de los Juegos Centroamericanos 2014, es un orgullo que el tipo que manejaba la asociación, José Hernández Abascal, ha dejado el cargo después de 25 años en los que no hizo absolutamente nada más que vivir de la propia asociación; este hombre era una lacra para la natación mexicana, que engatusaba a los directores de deporte del estado. Además, manejaba a su antojo la alberca olímpica de Leyes de Reforma para hacer negocio de todo y después de los Centroamericanos, le construyeron otra alberca semiolímpica sin que esto se viera reflejado en resultados, ya que esta entidad hace mucho que no tiene un nadador representativo.

Hace menos de un mes hubo elecciones en Veracruz. Afortunadamente, los encargados de los clubes, quienes son los que postulan candidatos, se pusieron las pilas y la Federación Mexicana de Natación les dio autonomía para que decidieran quién debe dirigir la natación en su estado. El tal Hernández Abascal salió, hay un nuevo presidente de asociación en la figura de Mario Ulises Villarreal Quiroz.

Lo mismo pasó en San Luis Potosí, en donde ya salió Montserrat Ortuño, quien por más de 12 años perjudicó la natación de esta entidad al solamente apoyar a los nadadores de su club y en especial a su hija. Después de algunas horas de asamblea, los clubes decidieron que Gabriela Milán sea su nueva dirigente.

Es importante que la gente de la natación mexicana se dé cuenta que este tipo de acciones, son las que les permitirá crecer como un deporte organizado y no solamente en la natación, sino en todos las demás disciplinas. Ojalá que que cuando la Conade instale el COVED, se establezcan perfectamente bien las reglas y que los dirigentes de cualquier deporte no puedan durar más de cuatro años. Podría pensarse que pueden ser máximo cuatro y una reelección, pero también es exagerado. Lo importante será también, el seguimiento al trabajo de sus antecesores, sobre todo en las cosas que se hayan hecho de buena manera.

Hay que evitar a toda costa que los dirigentes se perpetúen porque esa práctica solamente le hace daño al deporte. Son tiempos de cambio en la natación y el deporte de nuestro país; ya comenzaron a darse estos movimientos en dos estados y vienen muchos más como en Guerrero. Esperemos que esta dinámica se mantenga y que sea para bien.

Profesor

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