El doctor Arturo Santamaría Gómez nos informa que escribió el libro Juan S. Millán. Auge y declive del Maximato en Sinaloa. Memorias y Crítica. Mismo que presentó ayer 4 de mayo en Culiacán, Sinaloa.

Desconozco qué motivó al doctor Santamaría a escribir este libro y convertirse en amanuense de Juan Millán, pero a Millán sí lo conozco… es cautivador, ¡si no lo conoces lo compras! Lo que es obvio es que Millán tiene una gran necesidad de reconocimiento en el ocaso de su vida.

Nos dice Santamaría que Juan es “un hombre de estatura política, pero no es un estadista”. Yo no lo considero una persona de estatura política, no tengo buena opinión de él, así lo manifesté en un tuit donde digo que JSM “es un corrupto, autoritario, antidemocrático, miedoso, abusón del poder, enfermo mental, represor, asesino y cautivador”. Y señalo que él “es el rey de la narcopolítica”.

Cuando Millán en 1998 quería ser candidato a la gubernatura de Sinaloa, yo era director de los periódicos Noroeste. El buscó a un amigo mutuo y pidió reunirnos. Nos vimos en una cafetería a media mañana, yo no lo conocía, había oído de él, se hablaba de su habilidad política. Su saludo fue de inicio “te mandó saludos el licenciado Fulano”, me quedé helado. Yo tenía una demanda y con ese comentario me estaba diciendo que él sabía. Era un “saludo intimidatorio”, yo me enojé muchísimo, aunque no se lo hice sentir en ese momento.

Su precampaña en el PRI para ser candidato a la gubernatura de Sinaloa en el año de 1998 fue contra Lauro Díaz Castro, el delfín de Francisco Labastida Ochoa, quien entonces era secretario de Gobernación. Labastida y Juan no se llevaban bien, habían tenido diferencias en la elección de Sinaloa en 1989 por los resultados electorales de Mazatlán, cuando se reconoce el triunfo del panista Humberto Rice. Millán era partidario de robarse la elección y Labastida opta por reconocer y respetar la voluntad popular. Millán calificó a Labastida de débil.

La precampaña fue una elección interna abierta a los militantes y Millán triunfa doblegando a Labastida evitando que este operara desde Gobernación a favor de Lauro. Logra esto a través de intervenir y grabar llamadas telefónicas que comprometían a Labastida y lo amenaza con hacerlas públicas si se mete en la elección.

Millán es el gurú del espionaje telefónico y sabía que Labastida aspiraba a ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República en el año 2000, y le dijo: “Si me hundes, te hundes conmigo”. Amenazó a Labastida y le resultó.

Ya como candidato en 1998 a la gubernatura, contendió contra Emilio Goicoechea del PAN. Millán hizo su campaña con espectaculares y anuncios donde aparecía con 3 caras, una con camisa verde, otra blanca y otra roja. Efectivamente nos presentaba 3 caras… Juan el cautivador, Juan el corruptor y el represor. En aquel entonces el periódico Noroeste organizó el primer debate político entre candidatos a gobernador. Previó a organizarlo me reuní con Millán para decirle: “Juan, quiero hacer un debate entre los principales candidatos. No he visto a ninguno, eres el primero. Si me dices que sí, me pongo a organizarlo, si me dices que no, ahí la dejo. El objetivo no es forzar ni evidenciar a nadie”. Me dijo que sí y que lo coordinara con alguien de su gente.

Salí corriendo e invité a Emilio Goicoechea del PAN y a Rubén Rocha candidato del PRD. Inmediatamente ambos me aceptaron y me di a la tarea de organizarlo. Juan Millán, cuando vio que esto era un hecho, trató de reventarlo a través de poner condiciones inaceptables. La verdad es que se estaba muriendo de miedo. Su mente paranoica lo hacía pensar que era una celada. Le tuve que decir en tono enérgico que el organizador era yo, que nosotros estábamos pagando los costos de organización y que no admitíamos condiciones. Que le di la opción de decirme que no antes de organizarlo y él había aceptado. Ya no era tiempo de rajarse.

El día del evento llegó muerto de miedo, temblaba de nervioso. El evento fue todo un éxito. Recuerdo que Rubén Rocha (PRD) evidenció que Millán no tenía título universitario. Eso provocó que una vez siendo gobernador prohibiera a sus colaboradores firmaran los oficios haciendo referencia a su grado académico. Así en su sexenio no hubo licenciados, ni ingenieros, ni contadores, ni doctores, estaba prohibido.

Diputado federal independiente.
@ ClouthierManuel

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