Algo está pasando en Michoacán que las cosas no caminan como sus autoridades quisieran. Durante las últimas semanas y meses, nos hemos acostumbrado a leer noticias de ese estado que distan mucho de las que el discurso oficial nos quiere vender. Un día sí y otro también vemos reportajes que preocupan: violentos asesinatos vinculados al crimen organizado; vehículos secuestrados y después incendiados; bloqueos carreteros y, ahora también, bloqueos a la vía del ferrocarril. Todo esto ha causado un enorme daño a la de por si mermada economía. Lo menos que parece es que el estado pasa por una situación muy complicada, y que las autoridades no quieren o no pueden resolverla. Una entidad tan rica en historia y en recursos naturales no puede seguir sumida en una situación tan grave de inseguridad que es el principal obstáculo en su marcha al desarrollo.

Michoacán necesita un gobierno firme, que restablezca el Estado de derecho, es la demanda más sentida del pueblo michoacano. Son ya muchos años los que el estado ha vivido a la sombra de la violencia, la corrupción y la impunidad. La vinculación directa o indirecta de anteriores gobiernos con bandas criminales es uno de los capítulos más vergonzosos de la historia del estado. Lo que hemos vivido parece sacado de corridos de narcos, pero es la triste realidad: el hijo de un gobernador en funciones es filmado pactando con cabezas del crimen organizado; el hermano de otro gobernador ingresando a la Cámara de Diputados escondido en una cajuela de auto para lograr el fuero protector; y, por si esto fuera poco, un gobernador interino termina en la cárcel acusado de ser cómplice del cártel más peligroso de la entidad. Los daños causados a la imagen del estado son irreparables.

El actual gobierno tiene una enorme responsabilidad si queremos que algún día Michoacán recupere la esperanza. Tiene que buscar alternativas para recuperar la confianza ciudadana en el futuro del estado. Muchos de los que nacimos ahí sentimos una gran tristeza por todas las oportunidades que se han perdido por causa de la ambición y la mezquindad de unos pocos. Los últimos gobiernos convirtieron al estado en uno de los más endeudados del país. Las agencias evaluadoras de crédito le dan calificaciones cada vez más bajas. Es indispensable una administración más eficiente y transparente, que maneje los recursos públicos de cara a los ciudadanos.

Los retos son de gran envergadura, y es indispensable que el actual gobierno esté a la altura de esos retos. Los michoacanos nos sentimos muy orgullosos de que en nuestra tierra, concretamente en Apatzingán, se haya promulgado la primera Constitución de nuestro México que, en su artículo 24 decía: “la felicidad del pueblo, y de cada uno de los ciudadanos, consiste en el goce de la igualdad, seguridad, propiedad y libertad. La íntegra conservación de estos derechos es el objeto de la institución de los gobiernos”. Ahí está con toda claridad la visión de ese enorme michoacano que fue José María Morelos y Pavón, y ahí está también el principal reto que enfrenta nuestro estado.

Hago votos para que Michoacán retome el camino de la tranquilidad y el progreso. Para ello, es indispensable que el gobierno estatal tenga una estrategia para recuperar la paz y la tranquilidad, condición indispensable para un mejor desarrollo económico. Que tome acciones concretas para que los niños y niñas, que tienen el derecho a ser mejores a través de una educación de calidad, la puedan tener. Es también indispensable que se garanticen condiciones para el libre y seguro tránsito por los caminos de Michoacán. Sólo así Michoacán podrá salir del laberinto en el que muy injustamente lo metieron gobiernos omisos y corruptos.

Abogado.

@jglezmorfin

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