El pasado 3 de julio se cumplieron 30 años del estreno de Volver al Futuro, 2015 es también significativo para los fans de Marty y el Doc, ya que es el año en el que los protagonistas viajan en la segunda parte de la saga. Para aquel 1985, Volver al Futuro fue una película que significó para Reagan un pequeño bálsamo contra las crisis que se estaban viviendo en Estados Unidos, la película recordaba a la sociedad norteamericana los valores y espíritu de décadas pasadas, revivió los ánimos de una sociedad temerosa por los problemas económicos y una latente guerra contra el eterno y poderoso enemigo comunista; eso sí, se cuidó de no mostrar del todo los vicios y prejuicios –raciales sobre todo” de aquella década de los 50, a la que viajan los protagonistas. A nosotros, de este lado y a la distancia que dan los años, nos interesa un poco más el aspecto lúdico del filme, y algunas curiosidades tecnológicas.

En ese sentido, la segunda película, que se desarrolla en 2015, pretendía mostrarnos un futuro lleno de gadgets y recursos que nos hacían soñar hace casi tres décadas, con vivir en un mundo de ficción. ¿Cuánta de esa tecnología se volvió realidad? Las películas en tercera dimensión han vuelto para quedarse y la tecnología detrás es mucho mejor que la que vivimos con aquellos lentes de cartón, y si cree que la escena en la que el tiburón de Jaws (parte 19) le “arranca” la cabeza a Marty desde un espectacular está lejos, debería ver lo que Microsoft presentó en el E3, un gadget holográfico que hace quedar al 3D como algo arcaico. Las cámaras voladoras, como la usada para captar a uno de los bullies de McFly en otra de las escenas de Volver al Futuro, están ya aquí llevadas por Drones; la hija de Marty, perdida en las llamadas a través de unas gafas, puede vivirse hoy con las Google Glass; Marty McFly y Needles sostienen una videollamada en un televisor, con Skype y un SmartTv puede tenerse exactamente la misma experiencia; McFly entra a un café retro a jugar Wild Gunman en una consola, unos niños que observan se sorprenden que Marty use un control, seguro ya jugaban a través de Kinect o el Wii. La tecnología biométrica y los lectores de huellas eran una ficción, hoy muchos contamos con uno en el celular; las pantallas planas, abundantes en la película, no existían en 1989, hoy es más raro encontrar un televisor de aquellos años; los lectores de tarjetas son una tecnología común, los usamos hasta para el Metrobús; y qué decir de los tenis autoajustables… bueno no hay tales, pero la misma marca que patrocinó los de la película tiene unos menos tecnológicos en el mercado pero de modelo idéntico, al menos para aparentar.

Nos quedamos con las ganas de ver autos y patinetas voladores o que el combustible a partir de desperdicios sea algo común, pero ya hay por ahí desperdigada la tecnología para conseguirlo; los hidratantes de comida, la ropa que se ajusta a la medida, quien sabe, quizá para el aniversario 40 de esta ya clásica y moderna saga.

 @Lacevos

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