Steve Wozniak estuvo en México hace unos días en un famoso evento de tecnología; en su conferencia, enfocada en la relación de la ésta y la educación, alabó más de una vez las iniciativas que se están dando en el país para promover una cultura digital entre los jóvenes. No sabemos los datos y las cifras con las que contaba Woz, pero se aventuró a decir que México es un Sillicon Valley en el que se enseña y se vive el futuro; Woz, evidentemente, quiso quedar bien y arrancar algún aplauso de los asistentes. La intervención del famoso programador tuvo, como la tremenda comparación con el Valle del Silicio, más momentos de ficción —máquinas que enfrentarán los humanos, por ejemplo— que datos duros.

Se enseña y se vive el futuro, dijo Woz, y por la cabeza de un servidor pasó un “pero no se invierte”, la meta del gobierno federal es llegar a invertir 1% de PIB hasta en 2018, esa es la expectativa. Según cifras de la UNESCO, China ronda 2% de su Producto Interno Bruto en inversión a investigación y desarrollo, Dinamarca 3%, Estados Unidos anda por 2.8%, Finlandia 3.5%, Israel casi llega a 4%; México estaba hace unos años peleando con Mozambique una posición en la tabla, con casi medio punto porcentual; claro, no es lo mismo el PIB de aquel país africano y el nuestro, pero las ganas parecen ser las mismas —o en el caso de Mozambique todavía más, dadas sus particulares condiciones—; Brasil triplica esa cifra desde hace algunos años, parece que la meta para 2018 ya la superó el país sudamericano hace más de un lustro.

El entusiasmo está más en la gente que en las instituciones, de eso no hay duda; el uso de la tecnología en educación y cultura es cada vez más común, no desarrollamos herramientas nuevas pero sabemos valernos de las que otros crean para sacarle provecho. Podría parecer irrelevante, pero no lo es, el hecho de que México fue el país que más obras inscribió el más reciente concurso para escritores independientes de Amazon, por encima incluso de Estados Unidos; el número de autores del Distrito Federal supera al de Barcelona, con todo y su sólida tradición editorial; Jalisco sería la segunda entidad con el mayor número de participación, y falta un mes todavía para cerrar inscripciones.

Sin restar importancia a eventos como al que vino Steve —ese en particular despierta un interés importante—, están muy muy lejos de cubrir las necesidades básicas de este país, ni siquiera son suficientes para esta ciudad. Definitivamente, las políticas públicas dejan mucho que desear, y en temas de cultura y tecnología parece que aprovechar lo que hace la iniciativa privada exime algunas responsabilidades, lo cierto es que simplemente se expone aún más el desinterés de los políticos en estos temas.

@Lacevos

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