“La ley siempre es la misma para todos, menos cuando no”, solía decir un procurador general de justicia poblano. La “sabiduría” que destila esta frase es confirmada cotidianamente en todos los renglones torcidos de la justicia mexicana: el policial, el del Ministerio Público, el judicial y el del sistema carcelario. Protección inaudita a gobernadores y funcionarios federales prevaricadores, represores, incluso asesinos y a sus cómplices. Cuando no es posible garantizarles la impunidad porque la presión social es imparable, las fiscalías construyen acusaciones endebles, como la de Javier Duarte, que pueden dar paso a sentencias benévolas, grotescas.

Son muchos los hilos sueltos, como el de Karime Macías, exhibida y denunciada como la “mente maestra” de los atracos de Javidú, que hasta hoy goza del verano londinense y de la riqueza acumulada, mientras su marido enfrenta esas acusaciones flacas desde la cárcel.

En un abrir y cerrar de ojos, detuvieron y soltaron a Xóchitl Tress, la viuda alegre, según le dicen, la novia secreta de Duarte acusada de haber aceptado sus regalos: casas, terrenos, una camioneta, joyas... Las muestras de cariño de un gobernador dadivoso con lo que no era suyo. El sábado anterior, Rafael Hernández Virues, juez de control, la dejó en libertad previo pago de 37 mil 250 pesos de fianza. País de la impudicia. ¡Síganle, señores jueces!

Juguetona y desenfadada, Xóchitl Tress se toma selfies semidesnuda y se deja retratar besándose con un nuevo compañero —enamoradiza, pasa de unos brazos a otros—, o viajando en jet privados.

Pero la otra, Karime Macías, no tiene nada que temer. Son muchas las evidencias de la manera en que sus padres, su hermana y allegados se enriquecieron durante la gestión de su marido (departamentos de lujo en Boca del Río y en Woodlands, Texas) y, no obstante, el subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, Alberto Elías, ha dicho que no existe solicitud alguna con fines de extradición para ella; que, si quisiera, podría regresar y moverse libremente en México. Los mal pensados creen que su marido negoció su impunidad a cambio de no soltar toda la sopa, ¿será?

Algunos gobernadores están ya en la cárcel: Andrés Granier, de Tabasco; Jesús Reyna, de Michoacán; Mario Villanueva, de Quintana Roo; Javier Duarte, de Veracruz; Roberto Borge, de Quintana Roo. Otros están siendo investigados: Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, de Tamaulipas; Rodrigo Medina, de Nuevo León y Gabino Cué, de Oaxaca, mientras otros gozan de una calma chicha como Ángel Heladio Aguirre. Pero poco, muy poco, se ha recuperado de los cuantiosos recursos desviados.

Se sabe de la operación fraudulenta de firmas como la constructora brasileña Odebrecht, de la española OHL o de las mexicanas de Hinojosa, San Román, Hank Rhon, algunas con sobreprecios de escándalo... pero las investigaciones, si las hay, se mantienen con una sospechosa reserva.

No tengo duda de que algunas de las obras, realizadas por esas empresas, hacen o harán agua muy pronto, en algunos casos, como en el Paso Exprés, su negligencia criminal cobrará vidas. No hace mucho tomé el circuito exterior mexiquense cerca de Tecamachalco para ir a Tepotzotlán, pero el regreso no fue posible, estaba cerrado ¡por inundación! Una obra que el gobierno del Estado de México le otorgó —en 2003— a OHL.

Organismos cívicos, como Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad o México Evalúa, realizan investigaciones que evidencian los excesos, los sobornos, las trapacerías de funcionarios públicos, pero las instancias gubernamentales encargadas de vigilar sólo simulan.

¿Se está investigando a Emilio Lozoya Austin, ex director de Pemex? ¿A Gerardo Ruiz Esparza, el imprescindible e indefendible operador de los contratos con las constructoras consentidas? ¿Hay alguna pesquisa seria de la riqueza inexplicable de tantos funcionarios de ayer y hoy que ocupan u ocuparon posiciones de gran importancia en el Congreso de la Unión y en el gobierno federal?

No es que me importe mucho ver a esa mujer llamada Karime tras las rejas, pero confío en que su encarcelamiento inhiba un poco el descaro de otras “primeras damas” (¿recuerdan a Marta Sahagún?), quienes usurpan la representación de sus maridos y tras bambalinas hacen y deshacen ante el silencio cómplice de sus maridos. No nos obliguen a concluir que hubo un arreglo. No hagan cosas malas que parezcan malas.

Presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario.
@alfonsozarate

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