Los números apenas son un pálido reflejo del sufrimiento popular en Venezuela , pero aún así resultan impactantes: Tan sólo en enero la hiperinflación alcanzó 84.2% y los precios en el atribulado país sudamericano crecieron 4,068% en los 12 meses previos, de acuerdo con los partidos opositores.

La cifra mensual implica una inflación anualizada superior a 150,000% y que los precios se duplicarán al menos cada 35 días, destacó un reporte difundido el 7 de febrero por el Comité de Desarrollo Económico y Finanzas del antiguo Congreso . “Los venezolanos están atrapados en la peor tragedia económica. No pueden comprar ni satisfacer las necesidades de sus familias mediante su esfuerzo”, indicó Rafael Guzmán , titular del comité .

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional ( FMI ) considera que la espiral inflacionaria llegará a 13,000% este año , después de que los precios al consumidor rebasaron 2,400% en 2017 . Además, el organismo multilateral espera una tasa de inflación de 2,350% y que la economía se contraiga en 15% , para una caída acumulada del PIB de casi 50% desde 2013.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro no ha publicado datos sobre la inflación desde diciembre de 2015, pero ha incrementado repetidamente el salario mínimo en un intento de enfrentar las alzas de precios , si bien su último aumento de 40%, anunciado el 1 de enero, sólo equivale ahora a poco más de un dólar mensual (797,510 bolívares).

Décadas de mala gestión y dependencia del petróleo, que se remontan por lo menos al primer gobierno del presidente populista Carlos Andrés Pérez en los años setenta y al experimento bolivariano de Hugo Chávez ( 2002-2013 ), están cobrando un preocupante saldo.

Una encuesta reciente entre 6,500 familias realizada por las principales universidades del país determinó que 93% carece de recursos suficientes para adquirir alimentos . Los más desesperados se ven obligados a buscar entre la basura y cada vez más familias de clase media recurren a la venta de sus pertenencias para llegar a fin de mes, resaltó el diario británico The Guardian .

Cabe mencionar que mientras que algunos vecinos regionales como Ecuador se están recuperando de la recesión gracias a precios del petróleo más elevados, la mayor fuente de divisas del exterior para Venezuela se agota.

Un reporte mensual de la OPEP ( Organización de Países Exportadores de Petróleo ) afirmó esta semana que su producción petrolera cayó en enero al nivel más bajo en casi 30 años , sin incluir una breve huelga en el sector en 2003.

Venezuela

generó 1.6 millones de barriles diarios, cuando la producción resultó 20% menor en comparación a la del mismo mes de 2017; dispone de las mayores reservas mundiales y el crudo representa 95% de sus exportaciones , pero la compañía estatal Petróleos de Venezuela, S.A. ( PDVSA ) ha registrado una producción en descenso en los últimos años, debido a la corrupción, una ruinosa infraestructura y la crisis de la deuda.

El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson , indicó además en su reciente gira a México y otras naciones latinoamericanas que Washington todavía estudia prohibir las exportaciones venezolanas de crudo a su territorio.

Profundas consecuencias políticas

En resumen, Venezuela enfrenta hoy la peor crisis inflacionaria global , en una difícil situación reminiscente del episodio de hiperinflación en Zimbabue ( 2007-2008 ) o de la hiperinflación padecida en Alemania durante la República de Weimar ( 1923 ).

Ambos casos tuvieron profundas consecuencias políticas; en la nación africana, alguna vez rica, adelantaron el fin del consenso posterior a la independencia de Gran Bretaña en torno al presidente Robert Mugabe , depuesto en noviembre. En Alemania, como sabemos, la agobiante pobreza y el caos social precipitados por la pérdida de valor del marco condujeron al ascenso y la dictadura de Adolfo Hitler .

Por lo pronto, en la crisis venezolana, dado el fracaso de Estados Unidos y sus aliados para promover un “cambio de régimen” en Caracas mediante el respaldo a las intensas protestas callejeras de 2016-2017, hay pocas esperanzas en la elección del 22 de abril .

Tras despojar de sus facultades legislativas a la Asamblea Nacional de mayoría opositora—dicho órgano fue reemplazado por una nueva Asamblea Nacional Constituyente electa —Maduro anunció el 10 de diciembre de 2017 que los principales partidos de oposición serían excluidos del proceso porque boicotearon los comicios para gobernadores estatales.

El mismo día, su Partido Socialista Unido de Venezuela ( PSUV ) logró una fácil victoria en las votaciones municipales, al ganar cerca de 90% de los 335 ayuntamientos en juego.

Por el momento es poco claro quién podría enfrentar a Maduro desde las fragmentadas filas de la oposición. Sus líderes más populares, miembros de la Mesa de Unidad Democrática ( MUD ), como Leopoldo López , Antonio Ledezma y Henrique Capriles , están encarcelados, en el exilio o tienen prohibido ocupar algún puesto público. La Constitución establece que un nuevo periodo presidencial de seis años deberá arrancar en enero de 2019.

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