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Un diablero que se cruza al paso, un solo chiflido que de inmediato se replicó, mentadas de madre que en menos de tres segundos se convirtieron en “¡fuera el PRI!”, “¡cínico, no se cansan de robar!”, anticipaban que la presencia de Mikel Arriola, candidato a la jefatura de Gobierno, en la Central de Abasto (Ceda) sería ríspida.

No fue así, en el auditorio de este lugar otro grupo mayoritario, el de los líderes de locatarios, lo esperaba para plantearle la problemática que se vive a diario en materia de seguridad y desvío de recursos a través del Fideicomiso de la Ceda.

Se comete un homicidio al día en este lugar, hay redes de prostitución y extorsión, según datos de la propia policía capitalina.

Como siempre, Mikel llegó puntual a la Central, a pie y sin guardaespaldas. Sólo por precaución, un elemento de Seguridad Pública de este centro de abasto popular lo acompañó.

Minutos antes de que llegara Arriola Peñalosa al lugar, hombres y mujeres tenían la indicación de que se debían parar en una zona estratégica. “No me puedo mover, aquí me dijeron que me pusiera”, se escuchó decir a una mujer que sólo gritaba consignas en contra de Mikel y tomaba video con su celular.

En el auditorio, Mikel garantizó a locatarios transparentar los recursos del Fideicomiso de la Ceda, que hasta ahora, aseguró, han estado cooptados por el Gobierno de la Ciudad.

Agradeció al PRD y Morena la publicidad gratuita que le están haciendo (en referencia a los manifestantes que lo recibieron): “Se pusieron a temblar, este tema iba a salir, es un secreto a voces que hay miles de millones de pesos en la opacidad y que hay personajes que deben explicarlo”.

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