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Alejandra del Moral advierte que hay una nueva generación de priístas que quieren hacer política, pero que deben enfrentar el desprestigio, la falta de ideología de diversos sectores y la corrupción que ha hecho enojar a los mexicanos: “Tenemos que pagar los platos que otros rompieron”, dice.

La joven de 34 años ha tenido una carrera política meteórica. En 2009 fue la presidenta municipal más joven del país —con 25 años—, fue diputada y secretaria del Trabajo y de Desarrollo Económico en el gobierno del Estado de México, ex directora de Bansefi y ahora quiere ser senadora por el PRI.

Abogada por la Ibero y maestra en Administración Pública por el Tecnológico de Monterrey, asegura que el PRI ha aprendido a ser oposición y competir, que ha enfrentado contiendas cuesta arriba y ganado, y que lo logrará en el Estado de México el próximo 1 de julio, ante Delfina Gómez e Higinio Martínez.

Compañera de fórmula de César Camacho Quiroz y originaria de la colonia Cuautitlán Izcalli, arremete contra las prácticas de corrupción y contra el bloqueo a mujeres y jóvenes priístas, que, afirma, han dejado de caracterizar la vida interna del PRI.

“El viejo PRI está en Morena o en la cárcel, lo digo con todas sus palabras y con toda responsabilidad”, señala.

La juventud, añade, no está peleada con la capacidad y mucho menos con la responsabilidad, “los jóvenes sólo queremos una oportunidad y demostrar de qué estamos hechos”.

Reconoce que sus condiciones de joven y mujer le han implicado un doble esfuerzo para ascender en la vida política del PRI.

“Nueva generación”

¿Por qué quiere ser senadora?

—Quiero representar a mi estado y defender a mi país. Soy orgullosamente mexiquense. Todo se lo debo al Estado de México: mis buenas y mis malas [rachas]. Hoy es un honor, pero es una doble responsabilidad ser candidata al Senado.

Usted ha tenido una carrera política de ascenso meteórico, ¿esto es producto de su capacidad, cercanía con la clase política o amistad con el presidente Peña Nieto?

—De la disciplina, la perseverancia, el acercamiento con la gente. Creo que la calle nunca miente. Estar cerca de la gente es el termómetro perfecto; si estás perdiendo el piso, te pone de nuevo en él, porque las mentadas te regresan rapidito.

Es un tema de capacidad, de mucho estudio, de mucho esfuerzo; no ha sido por arte de magia, nunca la he tenido fácil. Ser mujer y joven implica doble trabajo, doble esfuerzo.

¿Compite el PRI en las elecciones del Estado de México?

—Desde hace muchos años el PRI compite. Aprendió a hacerlo.

Pertenece a una nueva generación del PRI, pero los jóvenes del partido se enfrentan al desprestigio y corrupción de ex gobernadores como [Javier] Duarte y [Roberto] Borge, quienes pertenecían a lo que llamaron “el nuevo PRI”. ¿Cómo convencer a la gente?

—Teniendo identidad ideológica. Milito en el PRI porque me permite ser congruente con mi ideología. Soy de centro-izquierda, creo en la social democracia y el PRI me permite ser congruente entre mi decir y mi actuar. Milito porque sí es un nuevo PRI.

El viejo PRI nunca hubiera dejado que una mujer de 34 años fuera candidata al Senado de la República. El viejo PRI nunca hubiera dado 30% de sus candidaturas a los jóvenes. El viejo PRI jamás hubiese abrazado a un ciudadano para ser candidato a la Presidencia de la República.

El viejo PRI, lo digo con todas sus letras y con toda la responsabilidad de mis palabras, o está en Morena o está en la cárcel. A nosotros nos toca pagar platos que no rompimos, pero lo asumimos como un gran reto, con una gran determinación y con gran amor y vocación por lo que hacemos.

Para ser político se requiere vocación, servir a la gente debe ser un honor y no se trata de pensar únicamente en un botín o en el ego de una persona. Lo digo porque hay quienes si no les dan la candidatura se cambian de partido, se quitan el chaleco y se ponen uno de otro color.

¿Esa forma de actuar ha lastimado al sistema de partidos?

—No sólo a los partidos políticos, sino a la democracia del país. Hoy la gente no le cree a nadie y no sólo lo vamos a pagar las nuevas generaciones que queremos hacer política, la vamos a pagar porque la gente enojada toma decisiones equivocadas y hoy vamos a pelear con propuestas razonables contra un gran enojo social, haciendo que la gente conozca a los candidatos de nuestro partido.

Lo mejor del PRI es su militancia y quienes aspiramos a un cargo de elección debemos poner el ejemplo. Para mí, a este nuevo PRI lo que lo hizo vulnerable en el pasado hoy le da la oportunidad de reinventarse.

El PRI ya no tiene una elección fácil, mi generación creció en una absoluta competencia democrática y dentro del partido también nos ha costado.

¿Qué va a hacer para ganar? El año pasado el PRI vivió una elección en la que perdió ante Morena y en la que ganó gracias a su alianza con el Partido Verde, ¿qué es lo que piensa hacer para derrotar a Delfina Gómez e Higinio Martínez?

—En la elección del año pasado, yo era presidenta del PRI en el Estado de México y fue muy difícil ir cuesta arriba. Los negativos del partido pesaron muchísimo, pero tuvimos el mejor candidato. El partido hizo lo que le tocaba, tenía las propuestas más adecuadas y lo más importante: no caímos en provocaciones.

La gente está harta de ver a los políticos pelear. Estoy convencida de que ante cada descalificación, se debe dar una propuesta y ante cada agresión, dar dos pasos hacia adelante.

No va a ser fácil. Hace mucho que no es fácil, pero [ganar] no es imposible y menos cuando haces una campaña “pecho tierra”. Estoy compitiendo contra dos ex candidatos a gobernador, pero estoy lista, como todos los mexiquenses que luchan cada día para salir adelante.

¿Tendrán peso los candidatos a la Presidencia de la República en la elección que se desarrolle en el Estado de México?

—Será muy importante. Nuestro candidato, José Antonio Meade, es un perfil que desde hace mucho no teníamos. Es preparado y sensible. Juana, su esposa, es espectacular. Él es un hombre trabajador, cree en la gente y trabaja por ella. Además, es un servidor público probado y va a tener un peso muy importante.

Sobre Andrés Manuel López Obrador [Morena], no creo en las políticas regresivas. Los mexicanos ya no quieren nada regalado, quieren oportunidades. Ricardo Anaya [PAN] es joven, fue mi compañero diputado, pero cuando muerdes la mano que te dio de comer una vez, lo vas a hacer muchas veces. Cuando tienes una ambición desmedida... no puedo creer que en el Estado de México hayan decidido pulverizar al PAN, que hoy se junte el agua y el aceite. Es una aberración.

¿Por qué tendrían que votar por usted los mexiquenses?

—Quiero ser la voz de las mujeres y de los hombres en el Senado. Soy orgullosamente mexiquense y todo lo que soy se lo debo al Estado de México. Quiero representar para la militancia priísta un “sí se puede”, un “sí es posible romper inercias y resistencias”, aunque no sea fácil. Quiero ser la opción de muchos jóvenes que en lugar de estar en la comunidad de la queja están listos para sumarse a la acción por este país.

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