Los desiertos son paisajes insospechados, enigmáticos y silenciosos; sitios ideales para los viajeros que buscan salir de las rutas convencionales y para quienes buscan encontrarse a sí mismos.
Parecen estar en calma pero no es así. La vida fluye a la sombra, debajo de la tierra o cuando anochece. El viento no deja de moldearlos.
A lo largo y ancho de todo América , ningún desierto es igual a otro. Sus cielos oscuros son tan impecables que parece que las estrellas están a punto de caer en tu mano.
En medio de la nada se formaron lagunas de color carmesí donde habitan flamencos, cráteres, cañones, mares de arena y paisajes que parecen de otro planeta.
En Destinos elegimos 5 de los desiertos más bellos de América : desde Estados Unidos hasta la Cordillera de los Andes .
El desierto de Death Valley, en California (EEUU)
¿Has escuchado que es posible cocer un huevo en el cofre de un auto simplemente con exponerlo al calor infernal del sol? No es cuento, en el Valle de la Muerte ha resultado bien el experimento.
Ahí también las piedras ‘caminan solas’ dejando su rastro detrás de ellas (la verdad es que el misterio fue explicado por los científicos después de años de estudios pero, no por eso deja de ser enigmático Racetrack Playa ).
Racetrack Playa. Foto: Istock
Y si visitas Badwater Basin , estarás en el segundo punto más deprimido del continente americano: a 86 metros por debajo del nivel del mar (el primero es el Gran Bajo de San Julián, en Argentina, a 105 msnm). El lugar rodeado por un cerco montañoso es una cuenca cubierta por una capa crujiente de cristales de sal, con un patrón de formas en toda su superficie parecidas a hexágonos. Pisar este antiguo lago, ahora convertido en salar, mientras sientes y escuchas el crujir de los cristalitos, es todo un deleite pero solo en tu imaginación, pues para su conservación, se colocaron pasarelas de madera para recorrerlo.
Badwater Basin Foto: Istock
Death Valley
es un parque nacional en pleno desierto de Mojave , al suroeste del estado de California. Ha roto varias veces el récord del lugar más caluroso del planeta . En agosto de 2020 lo volvió a hacer al alcanzar una temperatura de 54.4 ºC.
A unas cuatro horas desde Los Ángeles, el Valle de la Muerte es un puñado de paisajes únicos y las mejores horas para contemplarlos, aunque a veces no se pueda por el tiempo limitado de viaje, es el amanecer y el atardecer, cuando baja el calor ardiente y el cielo regala sus mejores colores pintando de rosa y malva, de rojo y de naranja la arena y las rocas.
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Uno de estos escenarios son sus dunas gigantes (donde se recibe los primeros rayos del sol trepando a sus crestas, con algo de esfuerzo si no estás acostumbrado a hacer ejercicio), sus cerros rugosos y de curvas sutiles que se levantan como olas, una tras otra; cañones con arcos de roca natural, y otros sitios que te transportan a Marte o a la Luna. Las noches también son todo un espectáculo: te regalan la Vía Láctea en alta resolución y cientos de miles de estrellas haciéndole compañía.
Dentro de Death Valley encontrarás varias opciones de alojamientos, incluso hoteles de lujo; restaurantes, un centro de visitantes y senderos marcados que puedes recorrer por tu cuenta o en compañía de un ranger o touroperador.
El Pinacate y el Gran Desierto de Altar, en Sonora
El paisaje que aparece al reverso del nuevo billete de 200 pesos mexicanos es el de la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar . Es un bonito gesto al estado de Sonora pero definitivamente no le hace justicia a la belleza del lugar. De hecho, no hay fotos ni palabras que puedan describir esta maravilla natural tan lejos de la vista de los turistas ordinarios.
El Elegante. Foto: Cortesía Turismo Taruk
El mar más grande de dunas de Norteamérica (5,000 metros cuadrados) está precisamente en el Gran Desierto de Altar . Hay un sendero de 5 kilómetros de recorrido que solo está abierto de octubre a mayo. Escabullirse por otro lado para escalar las fotogénicas montañas de arena que pueden llegar a los 200 metros de altura sería toda una aventura en la que, con gusto, te podrían acompañar varias especies de arácnidos y reptiles, sin considerar los efectos del calor en aquellas latitudes.
Otro de los paisajes estelares de la reserva de la biósfera, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco , es El Pinacate , con sus flujos de lava petrificada, ceniza de lava volcánica y cientos de cráteres de los cuales, los más atractivos son El Elegante, por sus dimensiones: un diámetro de 1,609 metros y una profundidad de 244 metros; y el del Cerro Colorado, por su intenso color rojizo. El circuito para explorar esta zona puede hacerse en auto y dura aproximadamente tres horas.
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En el Área Natural Protegida habitan alrededor de 40 especies de mamíferos y cactáceas como los sahuaros que pueden crecer 20 metros de altura y vivir más de 200 años.
El viaje marciano en este punto del Desierto Sonorense puede hacerse por cuenta propia o con un touroperador experimentado, como Turismo Taruk (turismotaruk.com), el cual organiza travesías que incluyen esta reserva y un encuentro con los seris, la etnia que tiene a su cargo la Isla Tiburón .
cuenta con un centro de visitantes, un campamento y museo y es uno de los mejores lugares en el país para observar las estrellas por la limpieza de su cielo oscuro.
Desierto de La Tatacoa, en Colombia
La naturaleza hace cosas extraordinarias, aún después de que la vida parece haberse extinguido. Un claro ejemplo es el Desierto de La Tatacoa , un bosque tropical seco de apenas 330 kilómetros cuadrados de extensión. Al encontrarse con este lugar marchito, en 1538, el conquistador Jiménez de Quesada lo bautizó como el Valle de las Tristezas.
Foto: Istock
El diminuto universo rocoso de La Tatacoa se encuentra en el departamento del Huila, cerca del municipio de Villa Vieja y a 38 kilómetros de Neiva.
No solo dicen que es un centro energético sobrevolado por ovnis, también que es el refugio de dos seres espeluznantes: Mohán, un humanoide peludo, y la Madre Monte, una mujer cubierta de musgo que por las noches suelta unos alaridos de miedo.
No sabemos si el llamado desierto rojo haya sido visitado por extraterrestres. Lo que sí es cien por ciento seguro es que La Tatacoa posee uno de los cielos nocturnos más limpios del mundo, cosa que avala Starlight, una famosa campaña internacional que reconoce la excelente calidad del cielo libre de contaminación lumínica para el astroturismo y para la exploración de los fenómenos astronómicos.
Por esa razón se estableció un observatorio astronómico y se ofrecen charlas de astronomía y apreciación del cielo a cargo de un experto, ya sea a simple vista o con telescopios.
Además del observatorio, los visitantes puedes recorrer, en compañía de un guía certificado, los laberínticos senderos a través de dos zonas: el desierto rojo y el desierto gris, ya sea a pie o en bicicleta. No hay quien no se quede con la boca abierta al ver estas formaciones sacadas de una película de la prehistoria, en las que de repente se alzan cactus de un verde intenso.
A Neiva se puede llegar desde Bogotá, en un vuelo que dura aproximadamente 30 minutos. Contacto: eldesiertodelatatacoa.com
El Altiplano Boliviano
Varios vuelos y algunas horas de camino por tierra, más un dramamine o infusión de coca es el preámbulo para estar más cerca del cielo. La larga travesía, un poco de dolor de cabeza y la falta de aire por momentitos (no hay que exagerar) valen la pena al llegar al Altiplano Boliviano, un lugar del que no podrías dudar que fue creado por la sabiduría divina.
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A este sitio llegan pocos viajeros, si lo comparas con Machu Picchu, Cancún, Las Vegas o Venecia (gracias, al cielo). Pasear a más de 4,000 metros de altura no es poca cosa. El altiplano es una región extremadamente seca, de alta radiación solar, de vientos fuertes y un frío que te doblega. Pero el paisaje lo vale todo.
Los Andes nevados, bajo un cielo azul intenso, custodian praderas semidesérticas, esculturas extrañas esculpidas por la naturaleza, desiertos helados, géiseres, aguas termales y lagunas saladas multicolores como la Laguna Colorada .
La laguna (4,278 metros snmm) es uno de los atractivos de la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa , y su color —que de repente adquiere un tono rojo encendido y luego pasa del rosa al marrón, según la hora del día o el clima— se debe a un alga que se produce en sus aguas saladas. A ella llegan colonias de cientos de flamencos: andinos, james y chilenos. La mejor temporada para observarlos es durante el verano, en el periodo de anidación: de diciembre a marzo.
A unas cinco horas en auto está el desierto más grande del mundo y una de las maravillas naturales que atrae a aventureros de todas partes: el Salar de Uyuni , la máxima atracción de Bolivia .
Salar de Uyuni. Foto: Istock
Uyuni o Tunupa está compuesto por 11 capas de sal cuyo grosor va de los dos a los 10 metros.
Cuando la temporada de lluvias llega, el famoso efecto espejo ocurre en la superficie del salar. Para observar este fenómeno, del que hay miles de fotos en Instagram, los de la agencia denomades.com recomiendan planear la estancia en Uyuni entre marzo y mediados de abril.
Pero para garantizar cielos azules y una bóveda celeste majestuosa, hay que viajar de mayo a noviembre. La desventaja: por ser los meses más fríos la temperatura puede descender a los 15 grados bajo cero.
En este desierto de más de 10,000 kilómetros cuadrados de extensión, es difícil encontrar un punto de orientación. Así que, si eres un viajero poco experimentado, lo mejor es contratar un touroperador. Muchos ofrecen paquetes que incluyen varios días para explorar el Altiplano Andino , incluso, itinerarios que contemplan el viaje al Desierto de Atacama , en el norte chileno que hace frontera con esta región boliviana.
Desierto de Atacama, en Chile
Viaja a Marte y a la Luna sin salir de casa. Damos un salto cortito de Bolivia, al norte de Chile , a la II Región de Antofagasta .
Los valles de la Muerte y de la Luna son paisajes fuera de este planeta. Y, como sucede en todos los desiertos, la mejor hora para contemplarlos es al atardecer cuando las formaciones de roca de tonos arena se transforman en ocres intensos y coralinos.
Valle de la Luna. Foto: Istock
El pueblo de San Pedro de Atacama es uno de los puntos de partida a todos los atractivos naturales del desierto. En sus construcciones rústicas de adobe y ladrillo podrás encontrar buenos restaurantes, bares, tiendas de artesanías y touroperadores que te arman recorridos de varios días.
Para rozar el cielo, al encuentro de lagunas y salares andinos custodiados por volcanes sagrados, como el Lascar y el Licancabur, recomendaciones contratar un recorrido guiado, ya sea en tu hotel o en el pueblo.
El paisaje, a más de 5,000 metros sobre el nivel del mar, es una obra de arte de surrealista creada a pinceladas. Las lagunas de color turquesa están rodeadas por una gruesa costra de sal. El sol brilla a todo su poder. Y, después de integrarte al lugar, de admirarlo y contemplar los flamencos que se alimentan en ese espejo de agua salada, entonces sí, prepara tu cámara y toma las fotos que quieras.
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Muchos de estos recorridos incluyen un picnic muy bien montado, con mesas, sillas, carnes frías, pan, ensalada, bebidas hidratantes y hasta vino incluidos.
Si puedes darte el gusto de una experiencia de lujo, hay varios resorts exclusivos que incluyen, además de hospedaje y gastronomía gourmet, los recorridos guiados.
El fantástico Desierto de Atacama suda sal en vez de agua. En algunas zonas, de sus 100,000 kilómetros de extensión, no ha llovido por décadas y, en general, recibe en promedio una precipitación media anual de 20 mililitros de agua. Pero la tierra de Atacama es sabia y, cuando llega de milagro la lluvia, se tapiza con una alfombra florida de colores morado y amarillo.
La región de Atacam a tiene fama mundial por sus cielos limpios y por su observatorio astronómico ALMA , así que no dudes en solicitar tour para ver las estrellas.
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