Pachuca.— Se acabó. Fueron 16 juegos los que Cruz Azul se mantuvo invicto al mando de Francisco Jémez, contando los del torneo anterior y la Copa. Todo eso lo vino a enterrar en el Hidalgo ante el Pachuca .

Derrota de 4-0 que evidenció al cuadro del español, que con base en empates se había mantenido sin tropiezos, pero sin explotar un gran futbol y, aunque anoche fue superior a Pachuca en la cancha, no fue así en el marcador.

Cuatro latigazos coronados por Edson Puch , Víctor Guzmán (dos) y Keisuke Honda fueron suficientes para derrocar a una Máquina que volvió a las andadas, a tener mucho el balón, pero generar poco al ataque y —cuando lo hizo—, la figura del eterno Óscar Pérez, leyenda cementera desterrada, apareció agrandándose.

La derrota no sacará a los Cementeros de la zona de clasificación, pero sí los debe bajar de su nube, sobre todo a Jémez , quien con autosuficiencia ha dicho que lo que había hecho su equipo era para considerarlo aspirante al título... Y no, los Tuzos lo desnudaron, golearon y hasta humillaron.

El parón provocado por el sismo dejó en piernas débiles a Cruz Azul y a Pachuca le dio nueva vida, ya que volvió a tomar oxígeno.

Prácticamente, el conjunto tuzo no había molestado a Jesús Corona, hasta que llegó la acción donde Enzo Roco quiso achicar el campo, dejar en fuera de lugar a Jonathan Urretaviscaya, sin darse cuenta de que éste arrancó desde su propio campo. La velocidad del uruguayo evidenció la lentitud del chileno. Centro a segundo palo y gol de Edson Puch (17’).

Y ya detectado el resquicio, por ahí llegó el segundo tanto. Pase filtrado entre Aldrete y Roco, a favor de Guzmán, quien también con base en velocidad, dejó sembrados a los cementeros. Llegó al área y cruzó por debajo a Corona (36’).

En la segunda parte, Jémez desperdició 20 minutos de tiempo. Hasta que mandó a la cancha a Christian Giménez y Martín Cauteruccio fue que se dominó y se bombardeó al Conejo, quien respondió con grandes atajadas a Felipe Mora y el mismo Chaco .

El tiempo pasó y Cruz Azul, desfondado, dejó espacios que aprovechó otra vez Guzmán, quien dejó sembrados a todos los cementeros a su paso para el tercero (86’), y Honda

metió el balón en el ángulo para el cuarto (90’). Así, se acabó el espejismo.

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