A Sergio Mayer ni se le sube ni se le baja... la esquiva

¡Y ardieron las redes sociales! Desde que EL UNIVERSAL dio a conocer el interés del diputado federal por Morena Sergio Mayer de presidir la Comisión de Cultura de la H. Cámara de Diputados, la discusión ¡sube, sube, sube, que sube! ¡Ay, ay, ay! Al ex integrante del grupo Garibaldi le han dicho de todo y le han dado con todo porque asocian su carrera artística con muchos proyectos de cuestionable calidad, con la telebasura, para decirlo pronto. Lo cierto es que, hasta hoy, es el único que ha alzado la mano para estar al frente de esa comisión, y es también el único que ha hecho públicos los acercamientos que ha tenido con un sector de la comunidad cultural. Ahora, Mayer no sería la primera figura de la farándula que presida una Comisión de Cultura. En 2003 lo hizo el priísta Filemón Arcos, ex integrante de Los Joao, grupo que cantaba “Vamos a la playa, oh, oh, oh”; y se echó batallas como la de estar en contra del IVA a los libros. María Rojo también la presidió pero en la Cámara de Senadores y presentó la iniciativa para la seguridad social de los artistas. Y mientras la bolita sube y baja, el morenista respondió en Twitter a sus detractores: “Tan angustiado, presionado y estresado de las críticas que decidí tomar un facial para relajarme”. Y selló el comentario con una foto. La respuesta no quedó ahí, una usuaria comentó: “Eres hermoso, trabajador y excelente papá y esposo. Los envidiosos que se chinguen”. Mayer siguió: “Que conste que lo dijiste tú. Jajajaja. Fuerte abrazo”. ¡Qué tal! Y si no es él, ¿entonces quién? El interés que Mayer ha mostrado lo pone al frente de la carrera. ¿O no? ¿Quién otro dice yo?

Advierte daños en Yautepec

En las redes sociales, la comunidad cultural, asociaciones civiles y grupos de especialistas de Morelos han hecho pública y de manera reiterada su preocupación por las modificaciones que se están haciendo al patrimonio cultural e histórico de distintos pueblos mágicos o que tienen patrimonio de la humanidad. Uno de ellos es el caso de Yautepec, donde la gente pregunta a quién se debe reclamar por la “destrucción” de Yautepec. ¿Al gobierno municipal?, ¿al INAH, que dicen, permite las obras? Incluso hay autocrítica y se preguntan si es la misma comunidad la responsable porque no hace “absolutamente nada para evitarlo”. El asunto, dicen, es grave porque aseguran que con los cambios que se están haciendo se borra el rostro de identidad de un municipio.

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