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Al arquitecto estadounidense Thom Mayne, premio Pritzker 2005, no le interesa construir obras que se conviertan en íconos que todo mundo aclame y considere arte.

“Yo no he realizado un ícono, a mi interesa hacer arquitectura que esté a la altura de las circunstancias, no me gusta colocar las obras en una categoría específica o nombrarlas de alguna manera”, enfatizó ayer durante su participación en el Foro Internacional de Diseño, primera actividad del World Design Capital CDMX 2018.

Ahí, ante jóvenes arquitectos y estudiantes, el creador conocido por sus edificios que retoman el estilo arquitectónico de Los Ángeles y el sur de California sostuvo que lo más importante en una obra es hacer arquitectura e ingeniería social, relacionarlo, adaptarlo al contexto urbano donde se construye y, sobre todo, incluir espacios naturales. “Nuestra práctica ya no puede disociarse de las responsabilidades, de los territorios donde trabajamos”. Hoy en día, dijo, los arquitectos tienen un alto nivel de exigencia que debe incluir una responsabilidad social y ambiental. “Debemos empezar a negociar la noción de la arquitectura y su desempeño que debe tener un compromiso con el medio ambiente”, dijo.

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