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Para atender los casi 800 inmuebles históricos y artísticos, y sitios arqueológicos afectados por los sismos del 7 y 19 de septiembre, la Secretaría de Cultura Federal y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tendrán que echar mano de diversos recursos, como el Fondo de Desastres Naturales y una póliza de seguros que pagó el Instituto el año pasado por 165.9 millones de pesos.

Los gastos más urgentes e inmediatos tendrán que ser solventados por el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) que, de acuerdo con el arquitecto Arturo Balandrano, coordinador de Monumentos Históricos del INAH, es de donde podrán obtener recursos esta semana para atender acciones como “apuntalamientos, cobertura de techumbres que se dañaron y por donde se puede meter agua y dañar retablos, esculturas o pinturas del siglo XVI”. “Tenemos una semana de plazo para entregar los expedientes de los bienes que necesitan acciones emergentes; estamos integrando los expedientes y vamos a solicitar un monto de recursos, pero aún no sabemos cuánto porque seguimos integrando dictámenes”, explicó el viernes el arquitecto.

Dos días después, la cúpula de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles en la colonia Guerrero, uno de esos inmuebles que requería ser apuntalado y atendido de manera urgente, colapsó. Como este caso, hay varias iglesias y parroquias que requieren atención urgente.

Según Balandrano, una vez atendidas las emergencias, en un mes entregarán al FONDEN los proyectos de restauración que se requieran para cada caso a fin de obtener recursos. “Vamos a tener que integrar un proyecto de restauración, un dictamen de los daños y un presupuesto para la restauración”. Pero por ahora, precisó el arquitecto, no hay una cifra aproximada de lo que costará recuperar todo el patrimonio afectado. No obstante, el director de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura, Raúl Delgado Lamas, dijo a este diario la semana pasada que se estimaba un gasto de mil 200 millones de pesos.

En todo caso, para cubrir estos gastos, el INAH también tendrá que recurrir a un seguro de daños que paga cada año y que se activa “cada que hay un huracán o un sismo”. Ese seguro, según Balandrano, “cubre todos los monumentos históricos, arqueológicos y culturales que son propiedad pública”. El arquitecto dijo desconocer la cantidad que el Instituto pagó este año, pero según datos obtenidos a través del Portal de Obligaciones de Transparencia (número de contrato INAH-CNRMS-CS-029/16), el Instituto pagó en febrero de 2016 una póliza de 165. 9 millones de pesos para asegurar los bienes patrimoniales bajo su custodia, es decir, los 110 mil monumentos históricos, construidos entre los siglos XVI y XIX, así como 29 mil zonas arqueológicas y una red de 120 museos en todo el país. La póliza está vigente desde febrero del año pasado hasta diciembre de este año.

El valor por el cual fueron asegurados todos estos bienes inmuebles, incluyendo sus contenidos, asciende a 100 mil millones de pesos, según el documento. El desglose de algunos de ellos muestra que los de mayor valor son el Museo Nacional de Antropología, asegurado por 2 mil 500 millones, misma cantidad en el caso del Museo Nacional de Historia; le sigue el Museo Regional de Santo Domingo en Oaxaca por mil 200 millones.

Balandrano explicó que para el caso de los inmuebles o bienes culturales dañados que son propiedad de los estados y municipios, “la Federación aporta 50%, y el gobierno del estado y/o municipio el otro 50%”.

De acuerdo con el arquitecto Delgado Lamas, el seguro de daños del INAH se implementó después de las experiencias de los sismos de 1985, el de 1999 que afectó a 2 mil monumentos y el de 2005 en Colima. “Están asegurados todos los monumentos de México, ya sean federales, estatales, municipales y aún los privados... También algunos otros inmuebles de la infraestructura cultural que están en manos de los estados tienen sus propios seguros”, explicó.

“El FONDEN es una bolsa federal que se va incrementando cada año, cuando tenemos los inmuebles asegurados, el seguro protege al edificio, gestionamos que el ajustador vaya a ver el daño, como el ajustador de los autos que dice ‘ese golpe ya lo tenía’, ‘ese golpe es de ahorita’; se evalúa el monto del daño y ese fondo se recupera por el seguro. Si ya hicimos las obras a través del FONDEN, pues ese dinero se reintegra a la Tesorería de la Federación y se devuelve al Fondo para tener siempre un recurso frente a los desastres naturales”, explicó Delgado Lamas.

El también arquitecto señaló que además de FONDEN y del seguro del INAH, la Secretaria de Cultura tendrá que pedir apoyo a instancias internacionales, sobre todo para aquellos que se encuentran en sitios declarados Patrimonio de la Humanidad. “Para los edificios del siglo XVI, que son Patrimonio Mundial, podemos acudir al fondo de emergencias de la UNESCO a través del catálogo”, indicó. Con información de Yanet Aguilar

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