Lo que dejó Jill Magid

Concluyó la exhibición de La Propuesta, de Jill Magid en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) y quedó muy lejos de marcar un récord de visitas en el recinto. Fueron 50 mil personas las que asistieron a la publicitada y polémica muestra, muy lejos de la marca de asistencia que en ese museo fijó la exposición de Arqueología: Biología, del artista indo-británico Anish Kapoor. Pero La Propuesta no sólo quedó debiendo al público sino que quedaron sin respuesta preguntas sobre la responsabilidad final de varios de los involucrados en el asunto que condujo a la sustracción de las cenizas del arquitecto Luis Barragán, que abrió la puerta a la transformación de parte de éstas en un diamante y que llevó a esas 50 mil personas al MUAC. Aunque fueron muchas las mesas de debate, finalmente ninguna autoridad e institución asumió su papel y responsabilidad. Ahí quedaron debiendo la secretaria de Cultura de Jalisco, Myriam Vachez; el arquitecto Juan Palomar, vicepresidente de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y la presidenta de esta Fundación, Arabella González. ¿Habrá segunda parte de esta historia?

Una buena relación editorial con España

México fue y sigue siendo un salvador para el mercado editorial de España durante la crisis económica de la que ya está saliendo ese continente. Nuestro país no sólo significó una gran salida para los libros españoles, sino que aún sigue siendo un mercado muy importante que apenas es superado por el francés. Los datos más recientes del Informe de Comercio Exterior que publica la Asociación de Cámaras del Libro de España confirman que en 2016 México le garantizó a los editores españoles compras por 58.08 millones de euros, más de 10% de los 571.77 millones de euros de las exportaciones del sector del libro español. En toda América, los editores españoles venden bastante bien, el año pasado las cifras alcanzaron los 190.7 millones de exportaciones. Estos datos vuelven a poner sobre la mesa la pregunta del millón ¿pues no que en México no se lee?

Mucho trabajo para el INAH

Entre las decenas de inmuebles históricos dañados por los sismos, el INAH ha reconocido hasta ahora sólo dos casos de destrucción del patrimonio, la capilla de Tetelcingo en Morelos y la casa de la primer médico en Puebla. En redes sociales evidenciaron cómo maquinaria pesada terminó por derruir estos vestigios, hecho que el Instituto condenó y procedió a levantar las denuncias penales correspondientes, ha dicho. No obstante, los especialistas y defensores del patrimonio se preguntan si ahora sí el INAH y las autoridades encargadas de perseguir este delito federal castigarán a los culpables o si, como ha pasado hasta ahora con denuncias de este tipo, sólo se le dará el carpetazo, más ahora que tienen muchos otros temas que atender en cuanto a patrimonio y que pronto habrá cambio de administración.

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