El escritor Tom Wolfe radiografió a la sociedad estadounidense con una pluma innovadora y colorida.

Hijo de un ingeniero agrónomo, Thomas Kennerly Wolfe Jr nació el 2 de marzo de 1930 en Richmond, Virginia.

Aceptado en la prestigiosa Universidad de Princeton , eligió no obstante asistir a la Universidad Washington & Lee para permanecer cerca de sus padres, antes de partir a Yale, siguiendo el consejo de sus profesores.

Diplomado en civilización estadounidense, comenzó en el periodismo en Springfield Union, un periódico de Massachusetts, en 1956. Dos años más tarde, se unió a The Washington Post como corresponsal en La Habana, y luego en la capital estadounidense.

En 1962, renunció y se mudó a Nueva York para ser periodista freelance. Fue enviado a California por la revista Esquire para hacer un reportaje sobre los fanáticos de los automóviles que rehacen sus coches.

Entusiasmado por el tema, sufrió el "síndrome de la página en blanco" cuando debía escribir su nota. El jefe de redacción de Esquire le pidió entonces que describiese en una carta lo que vio para utilizar la materia prima.

Liberado de su angustia, escribió 49 páginas... y encontró su estilo.

Bajo su pluma, el reportaje acabó convirtiéndose en una novela corta, "El coqueto aerodinámico rocanrol color caramelo de ron" ("The Kandy-Kolored Tangerine-Flake Streamline Baby", 1965): hay una presentación de los personajes, se multiplican los puntos de vista, hay pedazos de diálogos intercalados entre las descripciones, onomatopeyas y muchos signos de exclamación.

Su carrera estaba lanzada. Unos 18 meses más tarde, se tornó la figura central del "nuevo periodismo", un híbrido bajo el cual se ubicaban más o menos a su agrado Hunter S. Thompson, Norman Mailer y Truman Capote.

Para medios como Rolling Stone o el New York Herald Tribune , Wolfe escribió crónicas corrosivas sobre la cultura pop estadounidense, tratando temas que aparentemente no eran de mucha actualidad: el mercado del arte o el LSD.

Sin embargo, sin pretender la menor objetividad, palpaba antes que muchos otros las grandes tendencias sociológicas aún subterráneas en el país, como la ola hippie o el individualismo creciente de la década de 1980.

Para "Elegidos para la gloria", traducido también como "Lo que hay que tener" (1979), su ensayo sobre los pioneros de la conquista espacial, pasó nueve años recorriendo Estados Unidos.

El texto fue convertido en un éxito de Hollywood con Sam Shepard como protagonista e hizo saltar a la fama al piloto de tests de la Fuerza Aérea Chuck Yeager , el primer hombre en romper la barrera del sonido.

Cuando a los 57 años decidió lanzarse a la ficción, conservó intactos sus métodos de investigación.

Su primera novela, "La hoguera de las vanidades" (1987), es un retrato hiperrealista y mordaz de la Nueva York de los ochenta: el protagonista, un joven y codicioso banquero de Wall Street que parece tener todo, atropella con su lujoso coche a un afroestadounidense en el Bronx, se escapa y su mundo comienza a derrumbarse.

La novela se tornó en un éxito de ventas mundial. Solo los derechos de adaptación al cine le reportaron cinco millones de dólares, y fue llevada a la pantalla grande con Tom Hanks como protagonista.

Su estilo desorganizado le valió críticas acerbas de sus contemporáneos, sobre todo de Norman Mailer y John Updike.

En 2016, a sus 85 años, mostraba que no había perdido rapidez mental con una nueva obra, El reino del lenguaje , un ensayo que celebra la importancia del lenguaje en las realizaciones humanas.

nrv

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