Para el escritor Mishka Ben-Davis , las escenas mortales que se suceden todos los viernes en la frontera de Gaza con Israel , donde miles de palestinos amenazan con rebasar un muro y son repelidos por los soldados israelíes, no son nada nuevo.

Ya las vivió... en las páginas de su best-seller del año pasado El Tiburón .

La novela comienza con un ataque lanzado por combatientes de Hamas a través de un túnel, seguido por una manifestación multitudinaria de miles de palestinos de Gaza. Los adversarios de Israel --Irán, Siria y la organización libanesa Jezbolá-- se incorporan a la lucha con el apoyo de Rusia.

Se produce una escalada que desemboca en una guerra regional con muchísimos muertos.

Misiles de Hamas derriban las torres Azrieli de Tel Aviv y en el momento culminante del libro, un submarino israelí dispara misiles nucleares en un esfuerzo desesperado por salvar el país. El título del libro alude al nombre del submarino, que desempeña un papel central en la trama.

Si bien ese escenario es poco factible, la novela contiene numerosos elementos que reflejan la realidad que enfrenta hoy Israel, incluido un aumento en las tensiones en el sur y el norte del país.

“Lamentablemente, hay varias cosas que hoy son muy realistas”, expresó Ben-David a la Associated Press.

Hamas está organizando protestas semanales en las que ya han muerto 40 manifestantes abatidos por los soldados israelíes. El objetivo es llamar la atención sobre el devastador impacto de un bloqueo israelí que ya lleva una década, impuesto después de que Hamas tomase el poder en esa faja costera de Gaza.

Hamas, que plantea la destrucción del estado israelí, dice que las movilizaciones buscan la devolución de propiedades de refugiados de territorios hoy ocupados por Israel. Unos dos tercios de los 2 millones de habitantes de Gaza son descendientes de refugiados palestinos que escaparon o fueron expulsados durante la guerra que desembocó en la creación del estado israelí en 1948.

Las movilizaciones son cada vez más intensas.

Ben-David, un ex agente del servicio de espionaje israelí Mossad que se dedicó a escribir ficción, dijo que no hace falta mucha imaginación para plantear un escenario como ese.

Por años Hamas ha estado cavando túneles en la frontera. En el 2006 logró capturar un soldado israelí y en la guerra del 2014 infiltró brevemente gente en Israel. Incorporar manifestaciones de civiles desarmados es un paso lógico, según Ben-David.

“Es el único escenario para el que no tenemos una respuesta militar”, expresó. “Israel no está equipada, moralmente o internacionalmente, para hacer frente a semejante situación”.

Israel ha sido muy criticada por la Unión Europea, las Naciones Unidas y organizaciones defensoras de los derechos humanos por disparar a los manifestantes.

La decisión del gobierno de Donald Trump de trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén el 14 de mayo, medida a la que se oponen tajantemente los palestinos, aumenta la volatilidad.

En el libro de Ben-David, la dura respuesta israelí a los cruces de la frontera provocan agitación entre los palestinos y entre la minoría árabe de Israel. Egipto sale en defensa de los palestinos y Jezbolá dispara misiles e infiltra gente. En poco tiempo, otros elementos de la región se han sumado al conflicto.

Ben-David es un prolífico escritor que ya lleva publicados 15 libros, varios de los cuales han sido traducidos a otros idiomas. Productores de Hollywood se han mostrado interesados en El tiburó .

Ben-David es pesimista respecto al futuro y considera “inevitable” un conflicto entre Israel e Irán y una confrontación con Rusia en Siria.

No descarta una guerra nuclear si Irán llega a tener armas atómicas.

Irónicamente, la chispa que pone en marcha la trágica secuencia en El tiburón es una iniciativa de paz, que Hamas trata de frustrar.

“Si no hay una iniciativa de paz”, pronosticó Ben-David, “no estaremos demasiado lejos de la situación que describí” en el libro.

nrv

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