José Vicente Anaya

(Villa Colorado, Chihuahua, 1947) escribió Híkuri en el ocaso de los años 70 y lo publicó en 1987 en una primera edición realizada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) . Este martes, al cumplirse 30 años de su aparición, el escritor lo celebró en el .

Vicente Anaya

explicó que en ese poema los tarahumaras se refieren a sí mismos como rarámuris (pies-corredores) y en su lengua jíkuri es nombre del peyote, que para ellos es planta sagrada dotada de alma “por eso en sus celebraciones se comunica, canta y danza con ellos”. Ese ritual es un reconocimiento de los miembros de la comunidad y el Híkuri.

La edición conmemorativa que se presentó la víspera forma parte del catálogo del Archivo Negro de la Poesía Mexicana de un sello independiente, y su editor, Iván Cruz Osorio , señaló que este poema forma parte de un subgénero llamado “etnopoesía” , porque describe las voces originarias de América, que resurgen en la poesía actual.

Con formas expresivas de la poesía vanguardista y la reinterpretación del rito rarámuri o tarahumara del consumo del peyote, “Híkuri” constituye una renovación en la voz lírica de Anaya y en el panorama de la tradición poética mexicana; quizá “Híkuri” sea de los primeros poemas que aparecen de manera bilingüe, como necesidad del propio autor.

“En este sentido, estamos ante un poema que rescata para los lectores ciertas tradiciones y comportamientos de la cultura rarámuri y les entrega esta visión doble: La del viaje como caminante por ciertas regiones de México y la del viaje místico a través del peyote, pues este poema surgió a en los 70, en un viaje de Anaya por México y Estados Unidos”.

Tras señalar lo anterior, Iván Cruz anotó que en ese viaje, Vicente Anaya conoció a diversos poetas de la generación beat como Allen Ginsberg de quien es uno de los principales traductores de su obra en México. José Vicente Anaya también fue parte del movimiento de poetas infrarrelistas , al igual que Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro .

“Me atrevería a decir que Híkuri podría ser el libro que mejor represente las búsquedas infrarrealistas si nos basamos en los tres manifiestos de esta corriente que se conocen de esta época, los cuales coinciden en dejarlo todo nuevamente en el camino y salir a las calles. Anaya lo dice: Tenemos que salir a la vida, y Bolaño y Papasquiaro también”.

Cruz Osorio resaltó que a 30 años del poema, “tanto el poema como su autor tienen una popularidad demoledora entre el lector de poesía joven que está ansioso de vivir y experimentar. Se trata de un libro que no es de fácil lectura, de pronto se ubica en un escenario novedoso donde no hay de donde asirse”, recordó Cruz.

Durante la presentación, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes , el autor estuvo acompañado por Alejandro Palma, Ave barrera, Jocelyn Martínez e Iván Cruz, quienes en su momento vertieron sus comentarios en torno a ese poema que hace una apología al consumo de peyote entre los rarámuris del norte de la República Mexicana.

“Estamos ante un libro muy relevante de la poesía mexicana del siglo XX”, advirtió Iván Cruz Osorio. Ciertamente, en el poema de largo aliento Híkuri , el autor habla del añejo y ancestral consumo de peyote como parte de un rito delirante de danza y canto rarámuri.

nrv

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