El escritor rumano Mircea Cartarescu , que pronunciará esta tarde el discurso inaugural de la Feria del Libro de Madrid, es un autor excepcional, al que le están lloviendo premios, como el Formentor o el Thomas Mann , con su literatura "visionaria", que busca encontrar una verdad interior, dice.

"Sí, me siento fascinado por la experiencia interior, por mis sueños, y, parte de mi literatura es onírica, pero también está alimentada por las experiencias especiales que he vivido. Yo calificaría mi literatura con la palabra visionaria", explica a Efe el autor de "Nostalgia" o "Lulu", entre otros grandes títulos.

Cartarescu

(Bucarest, 1956) es autor también de "Solenoide" -publicado por Impedimenta hace unos meses, la editorial que ha publicado todos sus títulos-, y un libro calificado como obra maestra, comparado con Kafka, y el mejor del año para la mayor parte de los críticos.

En un libro "muy importante" para este escritor, que dice sentirse poeta, porque, según explica este título supuso su relanzamiento literario.

"Mi anterior libro 'Cegador' había envejecido, a excepción de España, donde saldrá el próximo año, así es que necesitaba un libro que fuera representativo para mí y este fue 'Selenoide'. Ha sido extraordinario que haya podido escribir esto a los 60 años cuando los escritores ya no están en forma", dice.

Cartarescu es un escritor humilde y de culto para la "inmensa minoría"

, pero es muy popular en su país, algo que siente como "una paradoja".

"Es algo incomprensible porque yo me considero un autor de nicho y cerrado, pero esta popularidad significa que no me he revendido", sostiene.

En la conferencia que dará esta tarde en la Feria del Libro , que se inaugura hoy y en la que Rumanía es el país invitado, Cartarescu hablará sobre la literatura universal y la filosofía de la lectura, como la actualidad de Homero, aunque sea leído en el móvil, de cómo para él la escritura es una "cuestión de fe", su religión, afirma.

Una charla donde hablará de la poesía, "el gato muerto consumista, hedonista y mediático en el que vivimos", dice al tiempo que asegura que "no hay una grandeza más humilde".

Cartarescu cree que la literatura que se está haciendo en su país "se está adaptando al mundo mediático, como en el contexto europeo, con escritores muy buenos y menos buenos y con poetas muy buenos, porque somos cultura de poetas. Quiero enfatizar -advierte- que las mujeres hoy ocupan un lugar mucho más importante que hace veinte años, lo cual supone una revolución en una cultura bastante machista", subraya.

Para Cartarescu, "la poesía es una forma de ver el mundo", "y hablando en términos metafóricos es la forma que tiene el niño de ver el mundo", recalca.

"La poesía es la forma genuina en la que no hay una traducción intelectual y por eso de puede decir que hay poetas que no han escrito nunca un poema", añade.

"Wittgenstein decía que no existen maravillas o milagros. El único milagro es que el mundo existe -continúa- y cuando consideras que el mundo es un milagro, te puedes considerar poeta".

Impedimenta también publicará la "Poesía Completa de Cartarescu" en 2019, vertida al español por Marian Ochoa Eribe, la traductora de todos los libros del autor rumano.

La misma editorial publicará en 2019, "Cegadora", en tres volúmenes, el libro icónico del escritor, sin el cual, dice él mismo, "no existiría como escritor".

"Fue una experiencia extrema, escribir más de mil 500 páginas, y tengo la sensación de que cada una de ellas refleja toda la escritura. Es un libro holográfico y fractálico, porque cada fragmento refleja todo. No había escrito así nada antes ni después de él. A veces pienso que no lo he escrito yo", reconoce.

Leer a Cartarescu es entrar en un mundo de sueños,

forjados desde la libertad más extrema, por ello el autor de "El ruletista" se muestra contrario a lo políticamente correcto.

"Creo que es suficiente con que la gente sea correcta. Ser políticamente correcto es demasiado para mí. Ser correcto tiene que ver con lo normalmente humano y la corrección política está vinculado a la ideología", argumenta el autor.

Aunque también precisa que movimientos como el #Metoo o los de orientaciones sexuales alternativas le parecen "extremadamente positivos, sobre todo en Rumanía, país especialmente intolerante y esto es un gran progreso", concluye.

akc

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