Las primeras evidencias físicas de un pueblo con embarcadero que habitó antes de la llegada de los españoles, en lo que hoy es el paradero de camiones de , salieron a la luz gracias a trabajos de salvamento arqueológico derivados de la construcción del Museo Nacional de la Salud, ubicado en Lieja 7, Ciudad de México.

De acuerdo con los primeros informes de la encargada del proyecto de salvamento “Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec”, la arqueóloga Lourdes López Camacho, el hallazgo de las ruinas de una casa, la cual se cree que fue habitada entre el siglo XII y el siglo XV, son la primera evidencia física de que una parte de Chapultepec —que incluye al paradero de camiones, la estación del Metro Chapultepec y la antigua sede de la Secretaría de Salud (donde se construye el museo)— fue el área donde una aldea se asentó e hizo uso de los pocos terrenos no inundables de la Cuenca de México para expandirse.

Este pueblo, que perteneció a los mexicas, pudo estar edificado allí desde antes de la fundación de Tenochtitlán, según las evidencias que arqueólogos del (INAH) recolectan en diferentes labores de salvamento arqueológico.

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A lo largo de diferentes investigaciones, López Camacho subraya el olvido de este pueblo prehispánico, que quedó sepultado tras la construcción de la colonia San Miguel Chapultepec, en la época del gobierno de Porfirio Díaz.

Además de los vestigios de la casa, también se halló un entierro prehispánico correspondiente a una persona adulta, probablemente mujer, a casi dos metros de profundidad, y dos pilotes de madera que sirvieron para amarrar canoas, hallados por las arqueólogas Mara Becerra Amezcua, Eleonora Rivera Carretero y Ximena Castro Rivera, también del INAH.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Lourdes López Camacho brinda más detalles sobre los hallazgos, los cuales fueron descubiertos a finales de 2023, y resalta su importancia para tener mayor información sobre la aldea que habitó esa zona en épocas prehispánicas y su relación con los lagos circundantes.

“Ha habido una serie de excavaciones alrededor de esa zona que nos marca no sólo la formación de un volcán en Chapultepec, sino también los límites de diferentes lagos al pie de Chapultepec. Para darnos una idea, en la zona hay evidencias de un lago prehistórico, en donde existían mamuts y otros animales previos a la llegada del hombre a esas tierras”, señala la investigadora Lourdes López Camacho,.

La importancia de conocer la historia de estos lagos, explica, es que la casa recién descubierta estuvo acompañada de un puerto, lo que da evidencias de que cerca de la zona pudo existir un embarcadero. “Para ubicarnos y entender más, todavía hasta el siglo XVII, la ciudad sólo llegaba hasta la Alameda, todo lo que se tenía enfrente de ahí, hasta lo que es hoy Chapultepec, era agua, había que cruzar con canoas”, detalla.

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Antes que Tenochtitlan

López Camacho explica que las evidencias físicas halladas, entre las que destacan cerámicas, objetos domésticos (cajetes y platos) y los restos de un cuerpo humano, apuntan a una ocupación de la aldea por parte de los mexicas.

Sin embargo, subraya, hay cerámica que data de un periodo anterior de la fundación de Tenochtitlán. “La mayor parte del material pertenece a los mexicas, en menor tamaño tenemos algunas cerámicas del periodo Tepaneca, que es cerámica del periodo Azteca 1, pero en porcentaje lo que predomina es cerámica del periodo mexica”.

Y abunda sobre el periodo Azteca 1, que va del 1250 al 1299. “Por lo general, la gente recuerda a los mexicas como el grupo que dominó la Cuenca de México, porque fueron el grupo que encuentra Hernán Cortés cuando llega al nuevo mundo, pero antes de esto, el grupo poderoso en la cuenca eran los tepanecas de Azcapotzalco”, detalla.

Y agrega: “Cuando ellos llegan (los mexicas), tal vez tuvieran fuerza de trabajo y fuerza de pelea, pero no tienen tierras, en esas primeras épocas tuvieron que hacer alianzas o casamientos para tener sangre noble y tener propiedades. Estas cerámicas indican que estuvieron ahí antes de la fundación de Tenochtitlán, entonces eso lo hace valioso”, relata.

López Camacho explica que es probable que cuando los mexicas llegaron a conquistar el Valle de México “reiniciaron” la historia, marcaron su año cero.

“Cuando los mexicas se vuelven los dominantes en la cuenca, como todo buen gobernante, hacen su año cero, lo que significa que los mexicas se hacen su historia y dicen ‘cuando nosotros llegamos no había nadie en el Cerro de Chapultepec’, pero resulta que, arqueológicamente, el sitio siempre ha estado habitado, hubo asentamientos teotihuacanos y tepanecas, pero en su discurso ellos dicen que son los primeros; igual pasó en el virreinato, en su historia dijeron que ellos mismos fundaron esos pueblos”, indica.

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En búsqueda de un canal

López Camacho detalla que actualmente se desarrollan investigaciones para conocer los canales que se utilizaron en épocas prehispánicas para acceder a la Cuenca de México en época seca, y señala que los salvamentos arqueológicos alrededor de Chapultepec son relevantes para entender más sobre ello, ya que la actual avenida Chapultepec fue una vía principal de conexión con la capital mexica.

“Los lagos, al igual que en la actualidad, sus niveles del agua suben y descienden, por lo que debieron de tener canales con un nivel de agua fijo que permitían el acceso de mercancías a la capital sin importar la temporada del año, suponemos que eso existió sobre Chapultepec”, explica la especialista.

La arqueóloga adelanta que ya hay suficientes evidencias para determinar que una zona aledaña a Chapultepec fue utilizada como embarcadero, por lo que el hallazgo de los pilotes de madera en la casa es una aportación más a las hipótesis. “Ese tema aún no lo puedo adelantar, es parte de otra investigación que pronto daremos a conocer, creemos que está al lado de esta casa, que probablemente fue parte de este embarcadero que estamos buscando, pero eso es otra investigación”, apunta.

López Camacho celebra el hallazgo de la casa y el puerto, debido a que la construcción del Metro, así como grandes edificaciones aledañas, han arrasado con una gran cantidad de vestigios.

La arqueóloga Mara Becerra relata en entrevista que los cimientos hallados corresponden a una casa habitación, y que entre los vestigios destacan cajetes, ollas, platos, figuras antropomorfas y navajillas de obsidiana verde del periodo Azteca 1 y Azteca 3.

“Los muros son de piedra volcánica, y de altura alcanzan 1.30 metros y de ancho 60 centímetros. Los pilotes de madera asociados al puerto también medían 1.30”, dijo.

Sobre los restos humanos, la arqueóloga Mara Becerra detalla que se encontró el cadáver en posición lateral, y que actualmente se hacen los estudios correspondientes para determinar su edad y sexo, pero adelanta que puede tratarse de una mujer. “Puede ser una mujer porque encontramos un malacate cerca”, refiere la especialista.

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