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Por primera vez en varios años, en la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales de Ciencias y Artes y Literatura (antes Premio Nacional de Ciencias y Artes) no hubo más discursos que el de los funcionarios que presidieron el evento en Palacio Nacional. La intervención de alguno de los galardonados en representación de los demás ha sido tradicionalmente uno de los puntos centrales de ese evento en el que en otros años se han escuchado voces críticas, como la del escritor Carlos Monsiváis, quien al recibir el galardón en el campo de Lingüística y Literatura en 2005 criticó al entonces secretario de Gobernación, Carlos Abascal, y defendió el Estado laico y la educación pública.

Esta vez, además de la entrega tardía, casi cuatro meses después de lo que se acostumbra, el evento no incluyó en su programa un espacio para que alguno de los creadores o científicos tomará la palabra.

Para algunos, como la doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces, galardonada en el campo de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales, les sorprendió que no se les haya abierto la posibilidad de dar un discurso, sobre todo cuando en una reunión a la que convocó la Secretaría de Cultura y la de Educación algunos de ellos habían expresando el interés en hacerlo. “En una reunión previa que tuvimos manifestamos nuestro interés de compartir con el público nuestra postura ante la situación actual de México y lo que está sucediendo en el país en ámbitos cómo la agricultura, la destrucción de los recursos naturales, la inseguridad; somos de diferentes ámbitos, experiencias y perspectivas, hubiera sido muy conveniente que permitieran esta libertad de expresión, como lo llamaría yo, porque es un momento en el cual podríamos haber manifestado nuestras posturas en torno a lo que sucede en el país”, comentó a este diario.

Esa reunión con los titulares de dichas secretarías tuvo lugar hace unas semanas y fue para “disculparse por los retrasos de la ceremonia de premiación”, contó la investigadora, quien fue reconocida por su aportación a la comprensión de la dispersión de los transgenes de las variedades nativas del maíz. Al recibir el galardón de manos del presidente Enrique Peña Nieto, Álvarez-Buylla Roces entregó al mandatario un ejemplar del libro El maíz en peligro ante los transgénicos, que ella coordinó y que reúne estudios de una decena de especialistas sobre el tema. El volumen incluye una dedicatoria en la que le pide al Presidente poner atención al tema.

El anuncio de los galardonados se dio a conocer el 9 de diciembre y aunque originalmente se había dicho que la entrega sería en enero, después se cambió para febrero. Hace unas semanas, la Secretaría de Cultura había fijado como fecha de entrega el 5 de abril. Tras posponerla varias veces, la entrega se realizó finalmente ayer en una breve ceremonia. La razón que se le dio a algunos creadores es que el Presidente tenía una agenda complicada.

“Todo fue muy rápido, creo que lo estuvieron posponiendo tanto porque lo metieron así, como un poco de prisa, esa impresión da. Por suerte yo estaba en México porque regresé hace dos días”, expresó el escritor Alberto Ruy Sánchez, galardonado en Lingüística y Literatura. Contó que las autoridades les notificaron de la entrega hace cinco o seis días, aunque no les definieron bien hora ni lugar. “No dijeron nada de discursos. Pensé que iba ser alguna mujer porque normalmente si hay una mujer o la más joven, es como la regla”, dijo. No obstante, consideró que más que un mero discurso en la ceremonia de entrega, debería existir una conferencia de los Premios Nacionales, donde cada uno de los galardonados pueda hablar sobre su campo de estudio. “Una conferencia de divulgación sería mucho más interesante que un discurso en la entrega”, opinó.

Mercedes de la Garza, también premiada, dijo que fue un evento breve, sin discursos, pero opinó que “no se sintió que faltara”.

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